Kevin Smith fue un pequeño guía para una generación sin ínfulas, solo la chifladura tenía una razón de ser en su universo. Es cierto que al principio todo fue un juego, pero que al pasar los años se podría haber convertido en algo más. Siempre dispone de esos recursos, diálogos inteligentes, hilarantes y una soterrada crítica al absurdo de la sociedad norteamericana. Hay detrás de Kevin Smith un montón de elementos contra la barbarie yanquee... los miedos, el perdedor, la cultura basura... el consumismo, la competitividad. Todos sus personajes surgen desde abajo, los que no son nadies...

y que no se creen muy bien eso de ser el leader (todos son losers). Yoga Horse (2016) es una pirada más, pero llena de inteligencia creativa y de delirantes diálogos, artesanía de realizador con, como siempre, mucha mano para el montaje y la banda sonora. Dos jovenzuelas Collen Collette y Collen Mckenzie (Lily Rose Depp y Harley Quinn Smith –la hija del director), dos superheroinas de la exclusión, dos losers, que como no, salen de un badulaque (el universo Kevin Smith, un espacio de creación maravilloso para reflexionar sobre la esfera social norteamericana). Johnny Deepestá detrás del maquillaje, un personaje ditirambo a lo capitán Sparrow... pero exagerado, aún más, y el cameo de uno de los padres espirituales de Kevin Smith: Stan Lee

Postdata: lo pude ver en el pequeño y sorprendente Artistic Metropol de Madrid. Vayan, se está muy bien.