"El lugar estaba delimitado por dos puertas que, como había precisado el Senado el 29 de marzo de 1516, se abrirían por la mañana al toque de la campana de San Marcos y se cerrarían a las doce de la noche por cuatro celadores cristianos, pagados por judíos y obligados a residir en el mismo lugar, sin familia para poder dedicarse mejor a la actividad de control. Dos barcas del Consejo de los Diez, con guardianes pagados por los nuevos residentes, circularán de noche en el canal alrededor de la isla para garantizar la seguridad". Con estas palabras describe La Aventura de la Historia el Gueto de venecia, cuyo quinto centenario de su creación se celebró el año pasado.

Bajo el decreto de "todos los judíos deben vivir juntos", la República Véneta creó un gueto que mezcló el desarrollo de la tradición hebraica con la marginación y exclusión social.

Dicho gueto albergó a la comunidad judía no solo de los territorios italianos, sino también de los alemanes y aquellos que habían sido expulsados de España y Portugal.

Uno de los grandes personajes que habitó en el gueto de Venecia fue León de Módena, erudito judío cuyos antepasados fueron expulsados de Francia y recalaron en Italia.

Esta amalgama de gentes venidas de todas partes de Europa creó un clima de enriquecimiento cultural que entraba en contraste con la situación difícil que vivían en la ciudad veneciana. La Aventura de la Historia lo describe como "un lugar de segregación pero cosmopolita y culturalmente vivo".

Muchos pintores como Vittore Carpaccio o Giovanni Bellini inmortalizaron el día a día del gueto de Venecia en sus obras, convirtiéndose en la fuente más completa sobre las actividades que en este espacio se desarrollaban.

El gueto de Venecia duró hasta el 7 de julio de 1797, cuando la conocida como "Serenísima República" cae derrotada por un jovencísimo Napoleón Bonaparte, que decide acabar con este elemento de disgregación entre fiestas y vítores.

Hoy en día, aún se pueden contemplar viejos resquicios de lo que fue el gueto en el barrio veneciano de Cannaregio.

Además de elementos arquitectónicos adornados con símbolos del judaísmo, todavía hoy residen en la zona una porción de la comunidad judía de Venecia, cifrada en unas 450 personas. Cada año, en el barrio donde se encontraba el gueto, se celebra una conferencia internacional sobre Estudios Hebreos, donde se hace especial mención a la historia y la cultura del Véneto.