Durante los meses de julio y agosto la agenda cultural asturiana se llena de representaciones teatrales de lo más variado; desde referencias al Teatro inglés de Shakespeare hasta obras basadas en la mitología griega, pasando por estrenos absolutos de obras inéditas. Ahí van las distintas opciones para disfrutar del mejor teatro este verano.

Teatro estival en el Campoamor de Oviedo

El primero de julio el teatro ovetense abre cartel con El cartógrafo. Ambientada en la Varsovia actual, la obra cuenta la historia de Blanca (Blanca Portillo), quien entra en contacto con la leyenda del cartógrafo del gueto, empecinado, a pesar del caos destructivo a su alrededor, en dibujar un mapa de su mundo.

La protagonista, al buscar este misterioso mapa, se lanzará en realidad a la búsqueda de sí misma. Una semana más tarde, el teatro inglés tendrá cabida en este ciclo a partir de la representación el 8 de julio de Ricardo III de la mano de Eduardo Vasco. «Mi reino por un caballo» será la popular frase de la tragedia shakesperiana que coronará la escena de la derrota del rey, quien ha escalado al trono con argucias alimentadas por su creciente ambición y sucumbirá en una desesperación augurada por los fantasmas de sus propias víctimas.

Con texto basado en la Ilíada de Homero, Roberto Rivera presentará el próximo 15 de julio Aquiles, el hombre. Tras nueve años de lucha por vengar la afrenta que supuso el rapto de Helena por el troyano Paris, Aquiles, el más poderoso de los guerreros griegos, ya hastiado de la lucha, se cuestiona el sentido de su destino.

De ahí, quizá, que el título favorezca el lado humano del héroe en detrimento de su aura mítica. De vuelta en el teatro español, concretamente en sus Siglos de Oro, José Luis Collado muestra, el 21 de julio, en su versión libre de los Sueños de Quevedo, un tema atemporal: la corrupción del absolutismo monárquico y la ignorancia de un pueblo controlado por la teología.

Se trata de un Quevedo encarnado por Echanove que se presenta como testigo del inicio de nuestra decadencia.

La temporada se cierra en el Campoamor el 28 de julio con otro clásico griego, Elektra. La venganza es el tema por antonomasia de la tragedia de Sófocles; refleja la necesidad de hacer justicia y cómo esta ha de ser igual para todos.

Orestes, hermano de la protagonista, repara el asesinato de su padre (Agamenón) con la muerte de su madre (Clitemnestra) y el marido de esta, Egisto. Será llevada a escena por la compañía asturiana Teatro del Norte.

Teatro estival en el Jovellanos de Gijón

El Teatro Jovellanos abre el ciclo el 6 de julio con la obra ganadora del X Premio El Espectáculo Teatral 2016, La vida secreta de mamá. La Estampa Teatro pone en escena la historia de un matrimonio que, debido a un repentino cambio en sus circunstancias, pasa de vivir en paz y plenitud al caos absoluto que supone la revelación de los secretos y mentiras que rodean a la familia, especialmente a mamá.

Los días 7 y 8 el absurdo se convertirá en protagonista con Eloísa está debajo de un almendro, obra cumbre de Jardiel Poncela, producida en esta ocasión por GG Producción Escénica y Saga Prods, y con una acción colmada de excéntricos personajes desbordados por el amor, el humor y la locura.

Como parte del ciclo de «Humor de verano» del Jovellanos, la compañía Sexpeare presentará el 13 de julio, por su parte, Rinconete y Cortadillo. En esta versión de la comedia cervantina, Pedro del Rincón y Diego Cortado se revuelven contra la imagen de pícaros a la que el clásico les ha condenado.

Como colofón, los días 21 y 22 de julio Concha Velasco, dirigida por Gerardo Vera, se transformará en la Reina Juana, la reina «loca» de amor, víctima de las vicisitudes políticas y religiosas de su tiempo, de su carácter apasionado y contradictorio, y de un amor con Felipe de Habsburgo que revuelve su ser de por vida. Y ya en agosto, los días 4 y 5, Pentación Espectáculos presentará La velocidad del otoño; la historia de una apasionada artista (Lola Herrera) casi octogenaria que se enfrenta a su familia a la hora de decidir cómo pasará sus últimos años.

El hijo más joven, Cris (Juanjo Artero), se convertirá en el mediador en esta mordaz y conmovedora obra sobre la fugacidad de la vida.

Teatro estival en el Centro Cultural Niemeyer de Avilés

La eterna Fuente Ovejuna, de Lope de Vega, refleja una vez más la devastadora y sempiterna realidad del yugo despótico que nos gobierna. Este clásico, casi contemporáneo, será representado por Jacobo Dicenta y la Joven Compañía de Teatro Clásico en el Centro Cultural Internacional Niemeyer el 8 de julio.

Niemeyer abrirá el mes de agosto (día 4) con El florido pensil. Niñas, de Andrés Sopeña. La obra relata la rutina de cinco muchachas estancadas en el absurdo patriarcado medieval que impone el sistema educativo español de posguerra; un sistema que condena a la mujer a una limitada existencia: el matrimonio y las labores domésticas.

Para cerrar el ciclo, el estreno absoluto el 18 de agosto de El Cíclope y otras rarezas de amor, escrita y dirigida por Ignasi Vidal. Se trata de una obra que desidealiza el amor; sus personajes se replantean sus vidas y su forma de experimentar el amor. Destaca, además, por su alto lirismo y la profundidad de su lenguaje poético, combinado con un estilo directo y cercano.

Teatro estival en el Auditorio de Pola de Siero

El clásico por excelencia de Shakespeare Hamlet y su eterna duda toman forma en el Auditorio de Pola de Siero el próximo 3 de julio de la mano de la compañía Teatro Clásico de Sevilla, que acumula diversos premios con esta producción (entre ellos ocho premios Lorca el año pasado).

Tres días más tarde se representa en el auditorio sierense, El retablo de las maravillas. Esta obra del gran Cervantes refleja con maestría la hipocresía de su tiempo. Se trata de una divertida sátira en la que los mandatarios de un pueblo, engañados por unos cómicos, pretenden ver lo que no existe. Sorprende el emotivo final en esta obra y el decorado puesto en escena por Morfeo Teatro, inspirado en el Guernica de Picasso.

Al día siguiente, 7 de julio, Teatro del Norte consolida su relación con Lorca; esta vez con la representación de una de sus obras de juventud, Amor de Don Perlimpín con Belisa en su jardín, una farsa que recupera el tema del amor entre el viejo y la niña con tono tragicómico, y que trata de resolver sin éxito el enigma del amor y el deseo.

¡Feliz teatro de verano!