Dos años han transcurrido desde que Elizabeth Grant, más conocida como Lana del Rey publicó su último álbum "Honeymoon" (Luna de miel), cuyo título presagiaba un cambio de actitud en las composiciones de la artista. Es sin embargo este trabajo el que descubre una faceta más luminosa y versátil de una de las voces más personales de la década.
"Lust for Life"
"Lust for Life" (Alegría de vivir) supone toda una declaración de intenciones por parte de Lana Del Rey, que ha firmado uno de los álbumes más sólidos y contundentes de 2017. Producido entre 2015 y el presente año, la cantante se ha rodeado de un gran elenco de productores que se suman al omnipresente Rick Nowels, quien es sin duda el artífice del sonido Del Rey.
Un sonido brumoso y cinematográfico que inevitablemente transporta al oyente a las grandes obras clásicas de Hollywood (como bien se deja entrever en el vídeo promocional del sencillo "Love") , pero al que nombres de la talla de Benny Blanco o Max Martin dan una vuelta de tuerca y acercan al público más joven gracias a una producción más fresca e inmediata.
Grant consigue así desmarcarse en cierta medida de aquellas voces que tildan su música de monótona e inaccesible. La presencia de beats más marcados en la percusión, así como la inclusión de otros ritmos de gran calado urbano, como el trap devuelven a la artista la frescura que impregnaba las composiciones de su debut ´Born to Die´ que nos revelaba una de las personalidades más influyentes en el mundo del pop actual.
La propia Elizabeth defiende la cohesión sonora del proyecto, al que califica como el más completo que ha hecho hasta la fecha, un álbum que goza de "una sensibilidad retro con un resplandor futurista".
Para este proyecto, Del Rey ha compartido sus letras con varias voces de renombre, y cuyos géneros no podrían distar más entre sí, como es el caso del rapero ASAP Rocky y de la vocalista de Fleetwood Mac, Stevie Nicks.
Destacan asimismo las colaboraciones de una de las voces del momento, The Weeknd, en el tema que da nombre al disco, o de Sean Lennon, hijo de John Lennon y Yoko Ono, una verdadera inspiración para la cantante.
Un nuevo disco con 16 canciones
En cuanto a su contenido lírico, "Lust for life" comprende temas de diversa naturaleza a lo largo de sus dieciséis cortes.
Del Rey juega ambiguamente con la individualidad de la pasión entre dos amantes y el amor que une a una generación, como reza el estribillo de "Love": "Te preparas para ir a ningún sitio en especial, para ir al trabajo o a la cafetería. Pero no importa, porque ser joven y estar enamorado es suficiente".
Más allá, la canción "Coachella-Woodstock in my Mind" (Coachella-Woodstock en mi mente) encierra una reivindicación de paz en tiempos hostiles a nivel político y social. El tema 'God Bless America - and All Beautiful Women in It' (Que Dios bendiga América - y a todas las mujeres bonitas que hay en ella) anticipa un sabor agridulce entre el patriotismo y la ausencia de líderes políticos que representen a la mujer.
Este binomio es una constante en las letras de la cantante norteamericana, que hace las veces de portavoz de jóvenes e insatisfechos con el sistema, todo ello envuelto en una atmósfera cuasi bucólica y pacífica, como bien se intuye en los arreglos folk que identifican algunas pistas.
En otro de sus títulos, "When the World Was at War, We Kept Dancing" la artista ruge "¿Es el final de una era? ¿Es el fin de los Estados Unidos? En realidad se trata solo del principio, si nos aferramos a la esperanza disfrutaremos de un final próspero". Es precisamente ese halo de luz que se deja asomar en medio de un bosque tan sombrío el que devuelve a Lana del Rey a la vida, y a su vez consigue conectar de nuevo a la artista con su público.