Siendo el tercer reinicio de la franquicia de Spider-Man y la sexta película sobre el personaje, el estreno en pleno verano de “Spider-man: Homecoming” predispone al espectador a no tener altas expectativas. Marvel Studios y Sony llegaron a un acuerdo en 2015 para compartir los derechos de los personajes de Spider-Man, integrando al personaje en el Universo Cinematográfico Marvel.
El Peter Parker auténtico
Le conocimos antes como Vengador en “Capitán América: Civil War”, que como héroe individual, y aquí en su debut en solitario, es el Peter Parker auténtico, el adolescente que concibió Stan Lee en 1962.
El superhéroe pijamero que puede ser tu asombroso vecino de al lado, si vives en Nueva York, claro. Un salto narrativo sitúa al espectador en la línea temporal del escenario posterior a “Los Vengadores” de 2012, para presentarnos el origen del villano, un Buitre tecnificado con el rostro de un Michael Keaton (“Batman”, “Spotlight”, “Birdman”) que intimida casi sin pestañear. ¿Un villano nace o se hace?
Hay carga dramática, pero menos intensa que en las anteriores versiones de Sam Raimi y Marc Webb. El director Jon Watts (“Cop car”), casi un recién llegado en la industria, ha puesto el foco de atención del guión en el nacimiento de un nuevo héroe, que ya ha pasado la transición de adolescente friki a superhéroe precoz y ha superado el duelo de la muerte de su tío.
Y ese es su gran acierto, quitarle peso a la intensidad dramática, junto con un humor sustancial e inteligente que recuerda a las comedias familiares juveniles de los años 80 como “Los Goonies” o “El club de los cinco”. Marvel Studios se sube también al carro del humor gamberro que tantos ingresos de taquilla consiguió el “Deadpool” de la Fox, matizado aquí por un filtro para todos los públicos y más palomitero.
Marvel y sus adaptaciones de Spider-Man
Marvel ha conseguido al segundo intento su mejor adaptación de la línea Ultimate de los cómics de Spider-Man: el defensor callejero de los ciudadanos olvidados por las grandes corporaciones, que lucha mano a mano para el Gobierno como un Vengador más, pero que prefiere vivir en un modesto apartamento de Queens con su tía, y lidiar con las preocupaciones comunes a cualquier joven de 15 años con un smartphone y hormonas alteradas.
Al menos, de momento.
- Lo mejor: la naturalidad y frescura de Tom Holland y el ambiente dinámico y entrañable de high-school, sin caer en la frivolidad y los estereotipos teenager.
- Lo peor: la omnipresencia de Iron Man en las últimas películas de Marvel que eclipsa demasiado el protagonismo de cualquier otro personaje.