Si tuviésemos que pensar en un lugar en el que se tuviera mucho sexo, Pompeya sería el lugar adecuado. Era una ciudad con prosperidad y, para acoger bien a los visitantes, lo primero que se encontraban era un escrito en una de las paredes exteriores de la Puerta Marina que decía: "Quien se siente aquí debe leer esto primero. Quien quiera tener sexo por 16 ases que busque a Attice".
Pompeya como líder sexual
A muchos les sorprende la cantidad de iconografía sexual que hay en la paredes de la ciudad de Pompeya y, en general, en los territorios bajo dominación romana.
Podemos encontrar manifestaciones artísticas eróticas por todas partes y en técnicas diferentes como frescos, orfebrería y alfarería además de escritos en las paredes. Ya no solo hablamos de que aparezcan en zonas privadas (donde se encuentran la mayor parte de escenas sexuales), sino también en edificios públicos y en fachadas.
Como es de esperar, cuando descubrieron todo esto muchos siglos después, los arqueólogos crearon un drama con ello, tanto que Carlos III ordenó que todos los artilugios que se encontraran los guardaran para que nadie pudiese verlo. Por aquel entonces se llevaba lo de hacer gabinetes de curiosidades que eran pequeñas salas donde se aglutinaban objetos de un tema en común por lo que les vino muy bien crear uno con estos objetos encontrados.
Obviamente, solo podían visitarlo varones.
El falo protegía del mal de ojo
Todos sabemos que los falos se representaban mucho, sobre todo en los frescos de Pompeya. Sin embargo, lo que seguro que no se sabe tanto es que en muchos casos no representaban lo erótico o sexual, sino que protegían del mal de ojo, traían buena suerte y, además, era símbolo de prosperidad.
Es por esto que estaba representado en puertas de casa, en las superficies de las calzadas (sin tener que ver con lo sexual, sino realizados para alejar a los malos espíritus), en hornos de pan como en la panadería de la Via della Terme. Además, viene acompañado de una inscripción que dice que "la buena fortuna reside aquí".
Es definitiva, el pene era una representación que se entendía con normalidad y no se veía con lascivia, como muchos piensan, porque actualmente así lo es.
El ave pene
Los ave pene eran criaturas mitológicas muy representadas en la antigua Roma normalmente como artilugios para la casa. La forma que tenían era la de un pene con alas y normalmente colgaba acompañado de campanillas para que sonara con el ruido del viento protegiendo de los malos espíritus.