El Monte Wutai

“La montaña de las cinco terrazas”, es la cima más alta del norte de China y uno de los cuatro montes sagrados para el budismo. Ubicado en el noreste de Shanxi, provincia en la que pueden encontrarse más de 50 monasterios que se hallan inscriptos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 2009, se yergue como lugar de devoción y culto, considerado morada y lugar de práctica del Bodisatva Manjushri.

Es precisamente allí, justo en el corazón del Monte Wutai, donde se encuentra el hogar del Monasterio y Academia Budista del Monte Wutai.

Y es en este lugar sagrado en el que, por segundo año consecutivo, se ha celebrado el Día Internacional de la Sabiduría.

Esta importante conferencia logra aunar estudiosos, doctores y filósofos alrededor de un tema en común: la sabiduría. Liderados por Master Ru Rui, fundadora y líder del Monasterio y Academia Budista del Monte Wutai, este encuentro logra verdaderamente trascender confines, nacionalidades, credos y religiones; la sabiduría es una facultad del ser y, por lo tanto, un tema universal.

A través de las imágenes de este vídeo logramos conocer algunos de los momentos clave del encuentro y puede verse claramente a los conferencistas hablar ante una audiencia que sigue las ponencias con cuidada atención, escuchando del único modo posible: con la mente y con el corazón abiertos.

Pero también presenciamos escenas de la asamblea organizada a posteriori por Master Ru Rei en el Monasterio y Academia Budista, en honor al cumpleaños de Bodisatva Manjushri.

Un Bodisatva es aquél que, motivado por una gran compasión, se ha embarcado en la búsqueda de la iluminación, aunque no para beneficio personal, sino para el de todos los seres sintientes.

Habiendo alcanzado este estado, el Bodisatva pospone el nirvana con el único fin de ayudar a los demás seres a progresar en este sentido.

Bodisatva Manjushri, que en chino es conocido como Wen Shu o “sabiduría trascendente”, fue discípulo de Siddhartha Gautama (Sakiamuni, el “Buda” más conocido en Occidente). Wen Shu suele ser representado con un libro, el Prajanaparamita, y una espada que simboliza la sabiduría, capaz de cortar tanto las ataduras de los venenos del samsara como liberarnos del sufrimiento.

El Monasterio

La devoción hacia Wen Shu es lo que se encuentra a la base de la práctica en este monasterio, que actualmente cuenta con 130 monjas.

Cada día, cientos de mujeres se acercan buscando dar un nuevo rumbo a sus vidas, un giro de 360 grados que las lleve a recorrer un camino de desarrollo personal, espiritual y en última instancia, trascendental. Las imágenes del vídeo nos transportan en tiempo y espacio, y nos llevan inevitablemente a preguntarnos, ¿qué es lo que motiva a estas mujeres a cambiar por completo sus vidas y a dedicarse de lleno a la práctica y estudio del budismo?

Si miramos con detenimiento las distintas escenas, resulta por momentos conmovedor el sentido de comunidad que transmiten las imágenes; un sentido de unión, de fraternidad, de interrelación, que se enlaza en lo profundo con el sentido de transcendencia.

Partiendo de lo simple, las monjas se dejan simplemente transportar por la devoción en pos de una sabiduría que puede ser alcanzada sólo a través de la compasión.

Para el budismo, tal y como lo explica Master Ru Rui, la sabiduría proviene de hacer un buen uso de nuestra mente, teniendo como base dos ejes fundamentales: la vacuidad y lo infinito. Estos dos términos poseen un significado fundamental para el budismo: la vacuidad por su lado implica y contiene el significado de interrelación, pues nada tiene sentido en sí mismo sino como parte integrante de un todo; lo infinito por el otro, que tiene relación con lo eterno, refiere directamente al sentido de trascendencia.

Vemos a Master Ru Rui hablar de cómo perseguir y obtener esta sabiduría trascendente de Manjushri.

Pero, ¿a qué se refiere exactamente? Por cierto, no a lo terrenal y a lo efímero o a lo que se relacione con el bienestar y los logros materiales, pues estos tienden a generar estados de ansiedad, inquietud y zozobra. En definitiva, a corto o largo plazo, malestar y vacío. Estas sensaciones están decididamente potenciadas en nuestro mundo moderno por la vorágine consecuencia del exceso de información, la tecnología y la gran confusión generalizada, que no deja espacio alguno a la introspección, la contemplación, la reflexión.

Las preguntas filosóficas eternas, pertenecientes tanto a la historia de Oriente como a la de Occidente, han sido siempre las mismas: quiénes somos, a dónde vamos, y por qué.

Y estas preguntas parecen no encontrar respuesta en la mera acumulación de objetos materiales o bienes de consumo, riquezas y poder, que fallan a la hora de proporcionar esa felicidad que tanto prometen. Y es así que comprendemos el por qué resulta tan importante un día de reflexión como el propuesto por este convenio. Un día donde poder pensar y debatir, desde distintos ángulos y distintas perspectivas, acerca de la sabiduría y de su función, en cuanto proveedora de valor útil a nuestra vida.

La sabiduría nos permite encontrar un camino y con él, la sensación de sentirnos realizados.

Es evidente que el Día Internacional de la Sabiduría se revela como la oportunidad ideal para un encuentro profundo que lleve a la introspección, a la reflexión y a la pregunta: ¿desde dónde, con qué herramientas y de qué modo puede ser alcanzada esta sabiduría?

El budismo tiene una respuesta al respecto, respuesta que puede ser hallada dentro de un marco de referencia, como el de un monasterio.

Resulta inspirador y motivador el mensaje que nos deja la comunidad de monjas del Monasterio y Academia Budista del Monte Wutai. Tan inspirador como el mensaje de Manjushri quien, con su espada, suprime la desesperación; al igual que el sol disipa la oscuridad.