Monseñor Andrea Gemma nació el 7 de junio de 1931 en Nápoles, pertenece a la congregación de la Piccola opera della Divina Providenza, ejerció como profesor de latín y griego y además es escritor. Es uno de los últimos exorcistas actualmente en servicio y se encuentra solo en Italia en la lucha contra Satán. Reivindica abiertamente que debería ser obligatorio que cada diócesis tuviera su exorcista, afirmando que pedirá al Papa que solvente esta necesidad.
Fue el Papa quien le animó a ejercer como exorcista y en 1992 cuando comenzó a efectuar exorcismos.
Ahora los realiza con una frecuencia semanal y reconoce recibir una media de entre 50 y 80 solicitudes de ayuda diariamente, incluso a través de Internet.
Obviamente, entre las solicitudes que recibe se ve obligado a hacer una selección. Hace acudir cada semana a quien tiene realmente la necesidad y a quien no, le bendice telefónicamente ya que la cercanía y el contacto debe ser espiritual; aunque en ningún caso es suficiente con única sesión.
No tiene relación la posesión demoniaca con ser pecador ya que incluso varios beatos fueron infectados por el maligno; es decir, que todos corremos el riego de que el mal nos posea; por ello, Andrea Gemma recomienda rezar y acudir a misa para mantener al demonio en el lugar donde debe estar.
Asimismo, Monseñor Gemma, no duda que el yihadismo venga instigado por el demonio quien se ha servido de Alá y su profeta Mahoma y que el sistema político italiano también está infectado.
El signo más revelador de que una persona ha sido poseída es una gran y continuada aversión hacia todo aquello considerado sagrado desde imágenes, lugares, sacramentos, personas y especialmente ante la figura de un exorcista.
También es revelador que se contorsionen, babeen, griten o incluso hablen idiomas que no conocían.
No debemos ser influenciados por el cine y las películas ya que al fin y al cabo, una sesión de exorcismo realmente es rezar, realizar una plegaria, portando como instrumentos la estola, el agua santa, el aspersorio, el crucifijo y el libro de los rituales.
En ocasiones también acuden psiquiatras y psicoterapeutas a sus sesiones en los casos más graves para confrontarse con sus análisis.
El único exorcista que queda activo en Italia y de los poquísimos del mundo,reconoce no haber visto nunca en peligro su vida; afirma no tener miedo ya que confía en que su jefe, Dios le ama y le protege aunque por si acaso siempre lleva en la mano la cruz.