En noviembre de 2014 la portada de la famosa Revista "Time" mostraba una foto atípica, sin el glamour externo ni la fama a los que estamos habituados. La protagonista de la edición era Salomé Karwah nombrada "Persona del Año" por haberse convertido en símbolo de lucha contra el ébola en África Occidental.

Después de haber sido víctima de la terrible Epidemia que cobró la vida de 12.000 personas y de haber visto morir a sus padres, hermanos y sobrinos hizo de la tragedia una bandera y regresó a los campamentos de Médicos sin Fronteras, pero esta vez a dar su apoyo como enfermera y transmitir sus propias experiencias.

En ocasión de la distinción declaró a la BBC: "Sobreviví al ébola por una razón: ayudar a otros a luchar contra la enfermedad". Su tarea era ardua ya que su condición de sobreviviente la hacía más inmune al virus y por lo tanto atendía los casos más graves o los de aquellos cuyos familiares los habían abandonado por temor al contagio : "Si una persona está contagiada y un familiar no puede acercarse, yo sí" afirmaba con orgullo.

Sin embargo, a pesar de toda la muestra de amor y entrega que regaló a la humanidad, la historia de la valiente Salomé ha tenido un final muy triste, el pasado 21 de febrero a tres días de dar a luz a su cuarto hijo comenzó a tener fiebre y su hermana Josephine la llevó al hospital, pero al conocerse que había padecido el ébola los empleados del hospital no quisieron acercarse por tenerle miedo a sus fluidos.

"Trataban de mantenerse lejos y nadie quiso ponerle una inyección" -lamenta su hermana- "y al día siguiente falleció".

Josephine quien sobrevivió junto a ella a la epidemia, asegura que de haber sido asistida de inmediato le hubieran salvado la vida ya que se trataba de una infección por la herida de la cesárea y explica: "cuando has padecido esta enfermedad ni siquiera los vecinos te tratan como antes".

Ella Watson-Stryker colaboradora de Médicos sin Fronteras y compañera de lucha de Salomé durante los últimos tres años no puede esconder su dolor e indignación y respondió a la prensa: "Sobrevivió al ébola pero sucumbió a una epidemia silenciosa: la estigmatización".