La Bella y la Bestia es un clásico de la Casa del Ratón aunque no sea de las más antiguas. Quizás por ello ya se percibían algunos cambios en la protagonista, cuya mente inquieta y despierta y su insaciable sed de lectura la distinguía de sus más insulsas y sumisas predecesoras. Sin embargo, no ha sido hasta hace relativamente poco que la industria animada más famosa del mundo se ha atrevido con personajes femeninos revolucionarios, jovencitas que rompían los moldes que hasta ahora venían definiendo el papel femenino en las películas de animación.

Brave o la exitosa Frozen son quizás los ejemplos más claros del cambio que se gesta desde hace unos años en las mentes que están detrás del guión y que trabajan muy atentas a las demandas de un pensamiento social que no se conforma con lo preestablecido. No obstante, a pesar de la corriente que tanto cuestiona los roles y los prototipos, parece haber lugar para el pasado, quizás porque aquellas películas tenían algo más, un encanto especial que nos hace volver a ellas con la misma inocencia en los ojos que cuando éramos niños y el pensamiento crítico aún dormía la siesta.

El Remake de La Bella y la Bestia da fe de este contraste entre el avance hacia lo nuevo y la dulce reminiscencia de las historias cargadas de ilusión e ingenuidad que nutrieron nuestra infancia.

Hay cambios en la historia que en otro tiempo hubieran sido impensables, el papel femenino cobra un protagonismo aún mayor-reforzado porque ahora se trata de un personaje de carne y hueso, nada más y nada menos que la que en otro tiempo encarnara a Hermione Granger-, y se introducen detalles que dan un nuevo aire a la historia, que permiten que el pasado se cuele en nuestro presente al precio que hemos acordado.

Quizás algunos no soporten los remakes y estén ávidos de nuevas historias, pero también resulta refrescante ser testigo de como un clásico se transforma para adaptarse al tiempo actual y a la nueva imagen de la mujer que poca relación guarda ya con las primeras protagonistas de historias infantiles.

En cualquier caso, el encanto y la magia siguen siendo armas poderosas para transmitir cualquier mensaje y en esta ocasión además nos da la oportunidad de revisitar el pasado.