La gala de los Oscars del 2017 pasará sin duda a la historia por el monumental error en la entrega del premio a la mejor película. La cara de desconcierto del veterano actor Warren Beatty se ha convertido al instante en carne de bromas y de memes en internet, al igual que las expresiones de desconcierto en el equipo de La la land o la sorpresa de los miembros de Moonlight. Los medios de comunicación han repetido las imágenes hasta la saciedad, contribuyendo a que este suceso sea recordado y gravado a fuego en la historia de esta longeva gala.

No obstante, lo que ya llaman coloquialmente "la gran cagada", logró que la entrega del resto de galardones pasase totalmente desapercibida, incluso en las categorías interpretativas, algo que siempre despierta gran expectación, pues los actores y las actrices son tal vez la cara más conocida del mundo del cine.

Entre los premiados de aquella noche, el nombre de Casey Affleck resonó en el Dolby Theatre, logrando el premio a mejor actor protagonista gracias a su desgarradora interpretación en Manchester frente al mar. Hasta ahí todo en orden, se ha reconocido el trabajo de un intérprete que ha estado por encima de sus otros contrincantes, pero, y la seriedad de la actriz Brie Larson lo revela, estábamos ante otro error, más imperdonable y grave que el que sucedió al final de la gala.

En el año 2008, durante el rodaje del documental I´m still here, proyecto que dirigió el propio Casey Affleck, el actor supuestamente acosó de dos mujeres que trabajaban a sus ordenes. Se trató de una productora y una directora de fotografía las que decidieron denunciar al actor y director por una conducta violenta física y verbalmente contra ellas.

Incluso a una de ellas le negó el cobro de sus honorarios por el trabajo de más de tres meses en la realización de la cinta. Aunque el intérprete rechazó las acusaciones, llegó finalmente a un acuerdo con las dos demandantes y sus nombres aparecieron finalmente en los títulos de crédito de la película. El caso quedó silenciado por la prensa durante años, hasta que saltó la noticia de la nominación de Affleck al Oscar y la acumulación de premios que estaba recibiendo por su trabajo en su última cinta.

Inevitablemente no podemos evitar recordar el reciente caso de Nat Parker, apartado de la carrera hacia los Oscar por un caso de violación, donde en este caso sí que hubo juicio, el actor y director fue absuelto y cuya víctima acabó suicidándose unos años después. Ante estos dos casos no podemos evitar preguntarnos si la industria cinematográfica actúa con doble vara de medir, hundiendo a un actor afroamericano poco conocido y premiando por el contrario a un intérprete blanco con muchos contactos familiares poderosos. Lo que sí que está claro es que a Hollywood se ha cubierto de gloria premiando al machismo y el acoso con este reconocimiento. Ese fue el verdadero escandalo de la gala y no otro.