Peter Field, una autoridad reconocida en literatura artúrica, ha identificado los restos de un pequeño fuerte romano en Slack, cerca de la localidad de Hudderfield, en el condado de West Yorkshire (Inglaterra). Durante el dominio romano, el asentamiento romano se llamaba “Camulodunum”, que significa “el fuerte del dios Camul”. Con el paso de los siglos el término “Camulodunum” habría derivado hacia el evocador Camelot.
La fortaleza fue abandonada alrededor el año 500 D.C., época en la que se suele ubicar al personaje histórico que, posiblemente, inspiró el mito del Rey Arturo.
Para el profesor, hoy retirado, no hay duda de que se trata del lugar donde se encontraba la famosa “Mesa Redonda”, en torno a la cual se reunían Arturo y sus caballeros.
Acerca de si existió un personaje histórico real que sirvió de base para la construcción del mito, existe un debate continuo en el que historiadores, arqueólogos y mitólogos contraponen diferentes teorías. Un año un experto anuncia que un dato nuevo confirma la existencia real de Arturo, pero al año siguiente otro estudioso lo vuelve a desmentir.
Una serie de descubrimientos recientes apuntan a que, en lo que hoy es Gran Bretaña y después de la salida de las últimas legiones romanas, vivió un importante caudillo político-militar.
Tintagel
El Castillo de Tintagel es el lugar donde Arturo fue concebido, con la intervención de Merlín que mediante hechizos consiguió que Uther Pendragón yaciera con su madre. Las excavaciones del lugar han descubierto una fortaleza del siglo V, en la que se halló una pizarra que tenía grabado el nombre “Artognou”.
Silchester
Silchester, donde Arturo fue Coronado Rey, fue una ciudad romana fuertemente amurallada con el nombre de Calleba. De hecho fue una de las pocas ciudades que nunca pudieron tomar los sajones, contra los que supuestamente lucho Arturo. Del nombre romano de Calleba a Excalibur (la espada de Arturo) no hay mucha distancia.
El anfiteatro de Chester
Arturo luchó contra los sajones en doce batallas (un número de resonancias míticas). Uno de esos choques tuvo lugar en la “Ciudad de la Legión”, que era como se conocía a Chester en la época.
Cerca de Chester, en Heronbridge, los arqueólogos han descubierto los restos de una importante batalla, así como un anfiteatro. Si, tal como se describía en los primeros cantares, en la mesa redonda se podían sentar hasta 1.600 guerreros, no es descabellado pensar en un anfiteatro que permitiera tal aforo.
La tumba de Arturo en Glastonbury
En 1191, los monjes de la Abadía de Glastonbury descubrieron el cuerpo de un hombre gigantesco, comprobando que había muerto después de recibir varias heridas en la cabeza.
En su mismo ataúd se hallaban los huesos de su esposa junto con una trenza de cabello dorado. Los monjes dijeron haber encontrado una antigua cruz de plomo, conteniendo la inscripción “Aquí yace enterrado el famoso rey Arturo con Ginebra, su segunda esposa, en la isla de Avalón”. Nadie sabe dónde están ahora esos huesos ni esa cruz.
El arqueólogo Ralegh Radford, en 1962, corroboró que dos tumbas de esta antigua iglesia efectivamente habían sido removidas en esa época.
Como se ve, con Arturo nunca se consigue traspasar el velo mítico que lo envuelve. Quizá un día se descubra la isla de Avalon entre las tinieblas del Mar del Norte, y en un templo escondido el cuerpo del Rey Arturo, durmiente, en espera de retornar al mundo para hacer imperar en él la justicia y el bien.