Muchos han sido los lugares del territorio Español, los que he visitado junto a mi querido compañero Enrique Soler y de los cuales hemos aprendido su historia, leyendas y en los que hemos experimentado como grupo de investigación. Si me preguntaran con qué lugar me quedaría ya sea por su historia o por su leyenda, sin lugar a dudas diría que uno de los lugares por el que siento más predilección seriaLa Iglesia de Santa Perpètua de Gaià; no solo por su leyenda, sino porque a él me une un vínculo muy especial desde la niñez, vínculos familiares y visitas en verano cuando era adolescente.

Después de no ir por esa zona durante varios años me decidí junto a mi compañero Enrique, visitar la iglesia del pueblo (hoy en día abandonada).

Junto a la iglesia del siglo XVIII, podemos contemplar la majestuosa torre de arquitectura militar prerrománica del castillo del siglo X.

Aunque no está documentado, se especula que en el lugar que ocupa ahora la iglesia, había una iglesia anterior a esta que dio el nombre al lugar, pero hay documentos en que nombra la capilla del castillo en 1172. De esta antigua edificación solo se conservaría la zona del altar mayor, y que la edificación de la nueva iglesia en el siglo XVIII se construyó en diferente posición a la anterior.

Cuenta la leyenda, que el señor del castillo tenía una hija llamada Perpètua, la cual era bellísima y atrajo muchos pretendientes, pero la joven los rechazaba a todos ya que ella quería consagrarse a la vida religiosa.

Pero hubo un joven caballero extranjero que nunca se dio por vencido y quiso esperarla, instalándose cerca de la joven a vivir.

Cuando la joven Perpètua quedo huérfana, vendió todo su patrimonio y repartió el dinero entre los pobres y necesitados, el joven caballero hizo lo mismo que su enamorada, se fue a su tierra y vendió toda su fortuna para también donarla a los necesitados.

Pero a su regreso le dieron la noticia de que su amada Perpètua había ingresado en el convento. Aun así el joven caballero terminó de repartir su fortuna y cuando ya no le quedaba nada, se le apareció el diablo y este le dijo que le daría todo lo que él quisiera si a cambio pasados 7 años le entregaba su alma; el caballero no se lo pensó dos veces ya que de esta manera tendría algo que repartir entre los necesitados.

Cuando ya quedaba muy poco para que el plazo se cumpliera, el joven caballero decidió visitar a Perpètua en el convento y hablarle de su pacto con el diablo. Perpètua asombrada por lo ocurrido decidió ayudar al joven, cogió un crucifijo y decidió esperar a que el diablo hiciera acto de presencia para llevarse el alma del joven caballero. Cuando este apareció, Perpètua le enseñó el crucifijo y el diablo marchó con las manos desiertas, rompiéndose así el pacto con el joven caballero. Poco después el joven ingreso como monje.

Ahora entenderéis porque este lugar es tan especial para mí, aunque el estado de la actual iglesia está en ruinas se puede contemplar una bella cúpula y el gran paisaje que le rodea bañado por el rio Gaià. Sin olvidar la Ruta del Cister formado por tres comarcas y en los que podremos visitar los monasterios de cada comarca.