La misteriosa basílica de Sant Just i Pastor, ubicada entre el laberinto de callejuelas del barrio gótico de Barcelona, tiene sus orígenes, según documentación oficial, en el siglo XII, pero la tradición la sitúa muchas centurias atrás, en el IV dc.
Son muchos los misterios que envuelven a la que se considera la basílica más antigua de la ciudad condal, pero entre ellos, sin duda, debemos mencionar la relación del templo con las reliquias sagradas que pudieron ocultar o haber ocultado la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón.
El equipo del podcast Codex… más allá del Misterio –ivoox– llevó a cabo uno de sus episodios en Sant Just i Pastor movido por dos hallazgos previos: los extraños símbolos grabados en el libro de San Lucas –evangelista encargado de tallar la Virgen negra a petición de San Pedro– de Rennes Le Chateau y las conclusiones obtenidas tras la indagación en el monasterio benedictino de Montserrat, donde al igual que en Sant Just i Pastor, se exhibe una réplica de la Moreneta.
La Virgen negra llegaría a Barcelona desde Tierra Santa –Jerusalén–. En el año 718 dC la talla se trasladó a la montaña de Montserrat para ser ocultada, y cien años más tarde –según reza la leyenda–, fue encontrada por unos pastores de forma enigmática, pues avistaron en el cielo una esplendorosa luz que descendió hasta caer sobre el macizo.
A los siete días, la figura fue descubierta en una cavidad, hoy conocida como la Santa Cova.
Justo al cruzar el acceso principal de Sant Just i Pastor – o de la Santa Cruz –, descubrimos a mano izquierda la majestuosa estatua de Nuestra Señora de la Esperanza; una advocación de la Virgen María embarazada. Debemos mencionar que los textos religiosos citan que <<María llevó durante 9 meses en su seno a Jesucristo, con su cuerpo, su alma y su Divinidad, después de los cuales nació en Belén>>.
Algunos investigadores han relacionado esta talla con la mismísima María Magdalena, portadora de la descendencia de Jesús y de lo que hoy conocemos como el Santo Grial.
Pese a que no existe oficialmente ninguna relación directa de la basílica con los templarios, existen diversas evidencias que manifiestan la conexión con la Orden, y no sólo el tipo de torre octogonal característico de sus construcciones religiosas.
Si bien la cruz paté –figura de ocho puntas que se ensancha en los extremos y se estrecha en el centro– puede tener distintas apropiaciones, es el emblema templario por excelencia, y se encuentra representada por toda la iglesia. Además, sobre el dintel del pórtico de entrada reza un texto repetido en edificaciones relacionadas con los templarios o con su supuesto tesoro, como es la iglesia de María Magdalena de Rennes Le Chateau o la encomienda templaria de Barcelona: <<Domus dei et porta coeli>>.
Por otro lado, el sepulcro masónico identificado por una escuadra y un compás, a los pies, precisamente, de la talla asociada a María Magdalena embarazada, nos brindan una pista más para conectar a la Orden de los templarios con la basílica, puesto que algunos estudios consideran que esta sociedad tendría sus primeros orígenes en los monjes guerreros del siglo XII.