En la Universidad de Alabama (Birmingham) se están cuestionando los efectos que tiene sobre las competencias gramaticales en su conjunto, el uso de las tecnologías para la corrección de la escritura. Muchos profesionales de la enseñanza, no solo de la lengua, se ven alarmados ante la cantidad de errores ortográficos y gramaticales que registran cuando evalúan los trabajos de los estudiantes, y creen reconocer muchos códigos propios del mensaje de texto o del chat en ellos, como las abreviaturas. Ante este panorama, los expertos lingüistas se preguntan cuáles son las consecuencias reales, por un lado, del uso de programas de autocorrección, y por el otro, de los nuevos códigos que imponen sobre la lengua los mensajes multimedia.

Según se observa, se trata de dos situaciones disímiles, pero que en última instancia afectan a la comunicación formal, como puede ser la académica, de los más jóvenes. La confianza absoluta en herramientas como correctores automáticos, los alivia en cierta manera de estar atentos a lo que se escribe -aunque sepan de antemano que su efectividad no es del 100% -. También vale aclarar que esto no solo ocurre con los jóvenes aprendices. La consecuencia inmediata que esto tiene sobre lengua escrita es la (in)capacidad de reflexión, puesto que el problema, según los usuarios frecuentes, ya está resuelto. El otro problema, el traslado de códigos específicos y distintos a la escritura formal (por ejemplo, el cambio de letras o las abreviaturas propias de los mensajes multimedia), también es consecuencia de una falta de reflexión lingüística, en este caso acerca de los contextos de usos.

Soluciones. Tal como señalan profesores vinculados a la enseñanza de la lengua, se trata justamente de un proceso de evolución que no debe calificarse ni de bueno ni de malo, solo distinto. La tarea de los profesores y padres tendrá que adecuarse a este nuevo contexto de aprendizaje y de comunicación, pues insistir con viejas recetas no conducirá a nada.

Abordar los nuevos escenarios lingüísticos desde la reflexión, trabajando con la corrección a partir del error, tendrá mejores efectos en la adquisición de las normas de la lengua escrita que la reprobación.