Las imágenes y símbolos originales y de gran fuerza expresiva, varían en intensidad y en significado, aun siendo a veces los mismos elementos léxicos, según la etapa creativa que Hernández experimenta, hay cuatro etapas.

La primera etapa corresponde a la oriolana. Aquí, el poeta se fija en la naturaleza. La luna es el motivo central en el universo poético hernandiano. La luna empieza teniendo un significado amoroso, las lunas le llevaban al amor, sin embargo al final de su trayecto tendrá un significado distinto, correspondiendo con la tragedia de un amor imposible por ausencia.

"Besarse a la luna

mujer, es besarnos

en toda la muerte"

En la segunda etapa, la amoroso-existencial, los objetos se convierten en metáforas de la pena amorosa y en fatalidad. Aquí predominan los símbolos del rayo y el toro. En cuanto al rayo tiene un significado punzante como manifestación del sino sangriento. El rayo de nombre incluso a su primer poemario exitoso. El rayo que no cesa, donde tiene un significado de angustia ya que su carencia erótica no es correspondida. En cuanto al toro, Hernández toma referencia de su entorno por haber trabajado para la enciclopedia Los toros. En toda la obra hernandiana, el toro es un símbolo recurrente. En sus primeras composiciones corresponde con la muerte, una muerte física y real.

Sin embargo pasara a tener sentido amoroso.

"Como el toro te sigo y presigo

y dejas mi deseo en una espada,

como el toro burlado, como el toro"

La tercera etapa es la bélica. El poeta se enfrenta a sus desleales. En sus símbolos se magnifica heroicamente el valor real del pueblo fiel a la República. El viento es el símbolo por excelencia de la poesía bélica representado en su obra Viento del pueblo.

La imagen del viento se dirige a una bipolaridad positiva y negativa. En su primer periodo es utilizado por su valor natural. En el segundo periodo se refiere a la mujer deseada. Sin embargo en el tercer periodo se concibe como la fuerza del pueblo y en el cuarto se convierte en todo lo que ha destruido su mundo del amor. También podemos destacar el símbolo de la tierra que se concibe como madre.

Para la poesía hernandiana, la tierra es sepultura de la existencia. Goza de distintos significados, durante su trayectoria ha significado el mundo del trabajo, la vitalidad del amor y simboliza la germinación.

"En la casa falta un cuerpo

que en la tierra se desborda"

Finalmente su cuarta etapa corresponde con la amenaza de la destrucción personal. Los elementos que habían proporcionado ánimos, ahora se ven penetrados por la derrota. Aqui destacamos la comparación entre los símbolos luz-sombra. Esto se puede relacionar con vida-muerte y esperanza-frustración. La sombra se va apoderando conforme avanza la guerra, sobre todo tras la muerte de su primer hijo. Sin embargo, Hernández con unos versos de reafirmacion de la victoria de la luz sobre la sombra, triunfan tras la esperanza de la lucha y la alegría del futuro hijo.

"Pero hay un rayo de sol en lucha

que siempre deja la sombra vencida"