La innovación en las artes culinarias está a la orden del día. Cada día nos sorprenden con nuevas recetas y sabores que hace unos años serían impensables. Y así llega esta nueva bebida. Para lo enófilos más puristas, llamarla "vino" podría ser un atrevimiento, pero lo cierto es que se elabora con el mismo proceso de fermentación que se aplica a la uva. Los creadores de este invento son un ingeniero agrónomo y un agricultor productor de vino, de la zona del Sauzal, en la isla canaria de Tenerife. La investigación para obtener este nuevo producto ha durado cerca de dos años y medio.
No se trata del clásico licor de plátano, ya que la fruta pasa por un periodo de fermentación de entre tres y cuatro semanas con las mismas levaduras que el vino tradicional, aprovechando los azúcares del plátano, y no se le añade ningún tipo de alcohol destilado. Su elaboración es totalmente artesanal. Aseguran sus orgullosos inventores que el sabor es sorprendente y muy bueno, y así lo han afirmado desde el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA). De color amarillo pálido, su aspecto es muy similar al vino blanco y tiene un volumen de alcohol de 12º. Para llenar la clásica botella de 75 cl. se necesitan unos cinco kilos de plátanos. Estos se seleccionan uno a uno para garantizar que tienen el punto exacto de maduración.
Pero claro está que no se puede llamar oficialmente vino, ya que este término está reservado exclusivamente para el que se hace con la uva. Por lo tanto, en la etiqueta figura que es una bebida alcohólica obtenida por la fermentación de plátanos. En la isla de Guadalupe y en Florida se elabora una bebida similar, pero con bananas en lugar de plátano canario.
Una de sus mayores ventajas, claro está, es que no hay que esperar a la vendimia para conseguir la materia prima, ya que hay plátanos todo el año. Las plataneras forman parte del paisaje canario desde que se introdujo con enorme éxito su cultivo en las islas, procedente de Guinea Ecuatorial.
Si consigue conquistar los paladares exigentes, este nuevo producto podría convertirse en seña de identidad de las islas, como ya lo es el propio plátano canario. Habrá que probarlo...