La rama de la parapsicología más vinculada con el fraude es la mediumnidad. Siempre ha sido puesta en duda, ya que a las personas sin escrúpulos, les resulta muy fácil reproducir los fenómenos del mediumnismo y transmitir cualquier mensaje "recibido del más allá."
Los individuos faltos de ética se encuentran en todos los terrenos y esto incluye a la mediumnidad. A pesar de ello, han habido muchos médiums verdaderamente asombrosos, los cuales han sido investigados científicamente y han salidos indemnes a toda clase de inspecciones.
Uno de los pioneros en esforzarse para demostrar la probabilidad de poder comunicarse con los muertos fue Thomas A. Edison, el cual opinaba que existía una vida después de la muerte e incluso intento construir un aparato con el fin de relacionarse con el otro mundo.
Entre muchos otros, Arthur Schopenhauer y Emmanuel Kant también se interesaban sobre la existencia del alma y la comunicación con el más allá.
El célebre psicólogo Carl Jung expuso la creencia de que la identidad humana sobrevive a la muerte física y en sus "Memorias", aseguro haber hablado con espíritus desencarnados y declaraba tener un guía particular en los momentos de depresión o angustia.
El mediumnismo se manifiesta de distintas formas:
Mediante espíritus que hablan a través del médium, con la propia voz de la persona desaparecida.
A través de espíritus que se comunican mentalmente con el médium. Este les oye, les ve y transmite los mensajes que recibe del difunto.
Algunas veces el médium produce una sustancia llamada ectoplasma en la que se puede observar una imagen velada del fallecido.
Hay varias teorías para explicar la mediumnidad, entre ellas:
Que la información que recibe el médium la obtiene telepáticamente a través de los familiares o amigos consultantes.
Que el médium es capaz de leer la mente universal, lo que Jung llamaba el inconsciente colectivo.
Que los médiums reciben mensajes que provienen de su propio subconsciente.
Que el médium se convierte en un canal por medio del cual los espíritus se comunican.