¡Cuán fácil es ahora estudiar, no como en el tiempo de antes! Hablaré del período de los años '60 hasta los '80, cuando los jóvenes teníamos de 12 a 17 asignaturas por estudiar y en cada una venían 10 bolillas para desarrollar a lo largo del año. A partir del año 1990 han cambiado no sólo la cantidad de asignaturas a estudiar, sino las estructuras en el modo.
En épocas pasadas se sabía tener como materias principales matemática y lengua, llamada antiguamente castellano. Debíamos aprender bien las cuatro operaciones, pues el mundo se movía "por la matemática", nos decían nuestros padres.
Ni hablar de saber hacer oraciones y composiciones respetando toda la gramática española con los signos de puntuación.
Y no salimos tan mal los que pasamos la barrera de los 50 años, porque ahí no había diálogo profesor-alumno como ahora. Ahí cumplías a rajatabla todo lo que se te ordenaba y si no hacías lo correcto, el maestro o profesor te daba con el puntero o te ponía en el grano de maíz arrodillado mirando hacia a la pared hasta que el profesor te indicaba volver al banco.
Ni hablar si te mandabas alguna en el colegio porque venía tu padre, tu madre, tu abuela y toda la parentela a recriminarte tu comportamiento más el director del colegio y el profesor, vamos, que eso era tremendo, pero así de bueno salimos tanto mujeres como hombres de bien.
Y nadie pedía cita al psicólogo como ahora, porque andan todos con depresión y estrés escolar. Antes no teníamos ni tiempo para traumatizarnos.
Recuerdo hace unos meses atrás, cuando una madre me habló por teléfono diciéndome que yo sería la causante del agobio de su hijo si le daba tanta faena para estudiar, que tenía tantas materias que rendir...
Como si yo fuera el verdugo del joven próximo a rendir un selectivo para entrar en la universidad. Me dije: "Madre de Dios, ¿qué me estás contando? ¿Estoy escuchando bien o esto es un chiste?" Vamos, que no daba crédito.
Y así está la educación, en vez de que el alumno estudie y se forme y sea una persona de bien. Estamos formando futuro analfabetos sin dicción, usando la tecnología en vez de usar la cabeza, tampoco digo que sean tan rectos como antes, pero tampoco permitir el libertinaje, ¿no? ¿Qué os parece?