La Diada se celebra el 11 de septiembre de cada año en todo el terrirorio catalán y se conmemora la caída de Barcelona por parte de los borbones al mando del duque de Berwick en la Guerra de Sucesión española el día 11 de septiembre del año 1714, lo que llevó a la abolición de las instituciones catalanas después de los Decretos de Nueva Planta en el año 1716.
En 1980, el Parmamento catalán decidió establecer este día como festivo en su primera ley, y se recoge en el artículo 8.1 del Estatuto de Autonomía de 2006.
Durante este día, se desarrollan diferentes actos oficiales por parte de partidos políticos y entidades. El más sobresaliente de ellos es el de realizar ofrendas florales a los monumentos de Rafael Casanova y Josep Moragues, y además, los partidos más nacionalistas realizan dichas ofrendas en las Fossar de les Moreres, lugar en el que fueron enterrados muchos de los combatientes que lucharon por la defensa de Cataluña.
Además, durante el 11 de septiembre, en la Diada, también se realizan diferentes manifestaciones y conciertos y se intenta realizar una reivindicación masiva para conseguir más asiduos y seguidores. Durante la jornada, es normal encontrar las banderas catalanas en los balcones de los edificios, y se escucha el himno de Cataluña (Els Segadors).
En el Siglo XIX, la celebración de este día estaba centrado en una oración fúnebre en una parroquia, pero en 1886 se prohibió su celebración para evitar que se convirtiera en un símbolo de identidad y de mitin catalanista.
Más tarde, en 1888, y junto a la Exposición Universal se construyó un monumento dedicado a Rafael Casanova que sin duda se convirtió en símbolo de referencia de los actos de reivindicación.
Pero desde la llegada de la democracia, la Diada se ha convertido en un símbolo de independentismo y los grupos más nacionalistas aprovechan para realizar diferentes actos y funciones de publicidad y de intento de independentismo.