Hoy 15 de mayo es fiesta en Madrid. Es el día del patrón de la ciudad; un día en el que, normalmente, se llenan las calles, parques y lugares de la ciudad de chulapos y chulapas. San Isidro, además de patrón de Madrid, también es de los agricultores. Los madrileños celebran dicho día de forma anual pero ¿Por qué San Isidro?

Quién fue San Isidro Labrador

Los orígenes de Isidro Labrador son algo inciertos. Empezando desde su nacimiento, ya que algunos dicen que nació el 4 de abril de 1082 e incluso en el año 1080. También en lugar en el que nació: la calle Las Aguas (barrio de La Latina) o en la calle Águila número 1.

Sea cual fuere el lugar en el que nació, el 15 de mayo es el día en el que se celebra. Fue un labrador mozárabe miembro de una familia humilde, encargado de repoblar los terrenos de Alfonso VI. Inicialmente se dedicó al trabajo de los pozos para, más tarde, ser agricultor en la vega del Jarama. Huyendo de la conquista almorávide, llegó a Torrelaguna donde conoció a su esposa, María Toribia, más conocida como Santa María de la Cabeza, a quien Madrid también le rinde homenaje el 9 de septiembre.

Fue a partir de su casamiento y establecimiento allí, cuando la leyenda dice que Isidro Labrador protagonizó cinco milagros, relacionados con la agricultura, aunque en total realizó unos 400 milagros. Entre ellos está el dar de comer a los pobres con una olla mediana que nunca se acababa o hacer que aparezca agua de un manantial.

Fueron otros muchos sus milagros, pero su fama comenzó, sobre todo, tras su muerte el 30 de noviembre de 1172.

Desde 1212, se sacaban sus restos en procesión para invocar lluvias. Las autoridades eclesiásticas, la aristocracia madrileña, las autoridades municipales y la corona real comenzaron en el XVI el proceso de canonización de Isidro.

En 1619, tras numerosas leyendas de sus hazañas y milagros, el papa Paulo V realizó su decreto de beatificación. Fijaron la festividad el 15 de mayo porque fue el día en el que trasladaron su cuerpo a la Iglesia de San Andrés. Pero las hazañas de San Isidro no acabaron. En 1691 la reina Doña Mariana de Neoburgo estaba enferma por culpa de los remedios que se usaban en la época para inducir el parto, por lo que se llevó en procesión el cuerpo de San Isidro para la curación y durante nueve días, se oró en el Monasterio de las Descalzas.

Finalmente, remitió la enfermedad de la reina y durante años, se pensaba que el cuerpo tenía poderes sanadores.

San Isidro, celebración de la festividad en la actualidad

Actualmente, los madrileños y otros muchos españoles, veneran al santo. Para obtener su mediación se le rinde culto orando en su sepulcro en vigilias nocturnas durante nueve noches que culminan con contacto con el sudario para que la mediación sea decisiva.

De forma más común y menos devota, los madrileños se reúnen en la Pradera de San Isidro, vestidos de chulapos y chulapas. Ellas con blusa blanca con mangas de farol y ceñida a la cintura, que será cubierta con un mantón de Manila y con una falda, de lunares a ser posible, hasta los pies y en la cabeza un pañuelo con dos claveles asomando.

Ellos con pantalones oscuros y ajustados, chaleco o chaquetilla corta con un clavel en la solapa, botines y una parpusa, la típica gorra madrileña. Reunidos y ataviados, bailan el chotis y comen las rosquillas típicas dedicadas al santo. Además, hay diferentes verbenas, romerías, espectáculos tradicionales y atracciones por todo Madrid; estas organizadas por el Ayuntamiento y por las casas regionales. Todo ello dentro de la costumbre: fritura de gallinejas y rosquillas tontas y listas para comer.