Esta última semana el Ayuntamiento de Madrid ha decidido implantar una nueva norma de educación cívica que afectará al transporte público madrileño. A través de nuevos carteles y pegatinas que se incluirán en los paneles informativos, se intentará acabar con una práctica muy extendida entre la población masculina, el llamado Manspreading.

Una queja en Change

La situación ha llegado a oídos del Ayuntamiento de Madrid a través de una queja en Change.org que un grupo de mujeres ha interpuesto y que ya han alcanzado más de 10.000 firmas. Las mujeres reivindican el espacio que los hombres toman como si fuera suyo cuando estos se sientan con las piernas abiertas en el transporte público, de tal forma que ocupan un espacio que pertenece a los demás y favorece a que el resto de la gente tengan que aguantar posiciones incómodas en el transcurso de su viaje.

¿Machismo o mala educación?

Según el colectivo feminista que ha pedido la implantación de estos pictogramas en el transporte público de la capital, este tipo de situaciones se dan por la existencia de una superioridad del hombre frente a la mujer, que le lleva a sentirse dueño del espacio y expandir sus piernas de esa forma. Por otro lado, a las mujeres se les ha enseñado siempre desde muy pequeñas a ocupar el mínimo espacio posible y juntar sus piernas de tal forma que sus rodillas se encuentren permanentemente pegadas.

A su vez, numerosos detractores coinciden en que esta práctica extendida por los usuarios varones en los medios de transporte público no se debe a una superioridad moral que se desarrolla a consecuencia de la sociedad machista, sino que simplemente es una seria falta de educación.

Esta última semana se ha señalado una frecuente práctica que llevan a cabo las mujeres españolas en los transportes públicos, la de poner su bolso encima del asiento contiguo. En este caso, no sería considerado una falta derivada de las distinciones de género, pero impide, al igual que el manspreading, que una persona pueda ocupar el sitio que le corresponde en cualquier medio de transporte.

El Ayuntamiento de Madrid ha respondido a las peticiones

Ante la polémica suscitada con motivo de la campaña de change.org el Ayuntamiento de Manuela Carmena ha decidido hacer caso a las peticiones de los grupos feministas y llevar a cabo una serie de medidas que restrinjan la asiduidad de este tipo de situaciones.

Se han creado para ello una serie de paneles informativos que explican la necesidad de respetar el espacio de los demás, de tal forma que el manspreading se compara con normas cívicas básicas de los transportes públicos como pueden ser ceder el asiento a una embarazada, a un anciano o anciana, o respetar los asientos destinados a personas con movilidad reducida.