Finalmente, y después de dos años de autoelegido exilio, Meghan Markle y el príncipe Harry hicieron su aparición oficial y pública en el Jubileo de Platino de la reina Isabel II.

Protagonistas casi absolutos en las expectativas del público, la pareja real que dio el portazo para irse a vivir a los Estados Unidos, participó de la ceremonia en la Catedral de San Pablo, junto a los Windsor en pleno para honrar a la matriarca, con una única ausencia: la misma reina Isabel, quien a sus 96 años no concurrió por algunas molestias típicas de su edad y vio la ceremonia por televisión.

Meghan y Harry hace días que están en Reino Unido

Pese a que estaban en el Reino Unido desde hacía varios días, cuando inclusive la reina pudo saldar una cuenta pendiente, la de conocer a su bisnieta Lilibeth Diana, nacida en los Estados Unidos y octava en la línea de sucesión al trono, siempre mantuvieron un bajísimo perfil. El jueves, cuando la familia se presentó al tradicional saludo en el balcón, ellos no estuvieron presentes y no participaron de la fotografía para la posteridad. Sin embargo, se la pudo entrever a Meghan a través de una ventana en actitudes risueñas y cómplices con los royals más jóvenes de la familia.

Después de dos años, el matrimonio se mostró públicamente en Londres

Finalmente el viernes, la duquesa y el príncipe, hijo menor de Lady Di, pudieron hacer su entrada como en otros tiempos.

Siempre de la mano, y detrás de las princesas Beatriz y Eugenia de York, avanzaron Meghan Markle y Harry. Sin embargo, y pese a los aplausos y hurras que recibieron, se escucharon algunos abucheos.

Ya dentro de la iglesia anglicana londinense, la pareja se sentó en el segundo banco, separados del resto de los miembros de la Casa Real “que trabajan”, pero la presencia de Meghan y Harry no se vio opacada por el vacío que la familia le sigue haciendo sentir en pago a su partida, variopintas declaraciones y acusaciones contra varios miembros.

El propio príncipe Carlos, padre de Harry y heredero del trono, fue fotografiado mirando hacia el lado contrario de donde estaba su hijo menor cuando pasó a su lado.

La fría relación con la familia

El reencuentro, o ‘no reencuentro’ entre Meghan y Kate, fue inexistente. Se desconoce qué puede haber pasado de puertas adentro de palacio entre las dos cuñadas, pero dentro de la catedral se ignoraron.

Muy distinta la relación que demostró Carlos para con su nuera Kate, con quien se lo vio reír y realizar gestos de cariño.

Meghan Markle eligió para la ocasión un color neutro y total: blanco marfil: un clásico abrigo vestido de lana y seda con cuello camisero, manga francesa, corte a la cintura y falda midi evasé, con pamela de rafia, zapatos, guantes y bolso de mano. Un outfit completo de la Maison Dior. Por su parte, Harry no vistió uniforme militar como acostumbraba, ya que después de ‘Megxit’ se le arrebataron todos los títulos militares que ostentaba tras dar su sonado paso al costado.