Tras las protestas en contra del pasaporte COVID-19, que obliga a todos los trabajadores italianos a vacunarse, y que desencadenaron violentos disturbios que culminaron en el asalto a la sede del CGIL, principal sindicato del país, y a un hospital, los italianos han decidido hacer una marcha masiva en Roma donde buscan la disolución de los grupos neofascistas.

Entre estos grupos están Forza Nuova (Fuerza nueva), involucrados en estos disturbios que dejaron un saldo de 38 policías heridos y 12 detenidos, entre los que se encuentran dos de los líderes de Forza Nuova, Roberto Fiore y Giuliano Castellino.

Los protagonistas de la marcha fueron los sindicatos italianos que se unieron y se autodenominaron como “la resistencia”. Fuentes de la policía aseguran que se reunieron unas cincuenta mil personas, pero los sindicatos calcularon que fueron unas cien mil.

No quieren que se repita el pasado

El secretario general de la CGIL, Maurizio Landini, solicitó al Gobierno, que con el apoyo del Parlamento, se disuelvan esta clase de movimientos que invocan al fascismo y utilizan la violencia.

Aseguró que “de la solidaridad hay que pasar a la acción concreta”.

Un manifestante llamado Ezio aseguró que su razón para estar en la marcha es que lo que le sucedió en Italia hace años “no vuelva a ocurrir". Además, afirmó que nunca hay que subestimar a estos movimientos, pues estos cada cuanto resurgen, especialmente en las redes sociales donde suelen recibir apoyo, según él, de personas que no están “culturalmente preparadas

Otro manifestante llamado Emiliano, afirmó que es totalmente justo que estén “aquí” protestando, pues el fascismo debe ser combatido, y que no tiene miedo de enfrentarlo pues todavía existe una sociedad donde se puede movilizar.

Landini agradeció las muestras de apoyo internacional, especialmente de los sindicatos de España y Brasil, y destacó que la manifestación era totalmente apolítica, ya que coincidió con la jornada de reflexión de la segunda vuelta de las elecciones municipales en varias zonas, por lo que ha sido criticada. Para el secretario, ir contra el fascismo no es ir en contra de nadie, sino que se busca "asegurar los derechos y la democracia".

La marcha transcurrió tranquila y con seguridad

No se presentaron ninguna clase de disturbios y hubo una amplia protección por parte de la policía en caso de posibles altercados. Al terminar el recorrido, los manifestantes se concentraron en la plaza de San Giovanni de banderas y globos de colores y bajo el lema “Nunca más fascismos" .

No asistieron los dirigentes de la ultraderecha, como Matteo Salvini (Lega) y Giorgia Meloni (Hermanos de Italia).

Tamposo se hizo presente el conservador de Forza Italia, de Silvio Berlusconi, a pesar de haber anunciado su presencia. Quienes si asistieron fueron los principales líderes políticos del centroizquierda, como el secretario general del Partido Democrático (PD), Enrico Letta, y el del M5S, Giuseppe Conte, pero este no hizo ninguna declaración.