Una mujer embarazada infectada de COVID-19 ha denunciado que perdió a su bebé después de verse obligada a esperar dos horas y media en el parking de un hospital. Se trata de Fationa Nikolli, que estaba embarazada de 32 semanas en ese momento y se dirigió al Hospital de Mujeres de Birmingham, Inglaterra, a las 10 de la mañana del pasado 6 de julio porque ya no podía sentir a su bebé. Fationa denuncia que al estar cursando Coronavirus el personal del hospital le pidió que esperase para acondicionar una habitación individual para poder ingresarla.

No tenían una habitación para aislar a la embarazada con coronavirus

La mujer, que también es madre de dos niños, dice que a las 12:30 los médicos encontraron una habitación privada en la que podía estar aislada y Fationa Nikolli fue llevada de urgencia para practicarle una cesárea de emergencia. Pero su hijo nació muerto.

Fationa Nikolli cuenta que había acudido a su médico el día anterior a hacer una revisión de su embarazo que cursaba la semana 32, es decir, estaba en el octavo mes. Ese día, el doctor le dijo que el bebé estaba sano, pero un día después tuvo que llamar al hospital de Quinton, a cinco minutos de su casa, para explicar que no estaba sintiendo a su bebé y que tenía COVID-19.

También fue culpada de la tragedia por un médico

Le respondieron que sí, que fuera, pero cuando llegó no había sitio para ella y la hicieron esperar. El tiempo para realizar la cesárea “de urgencia” fue más de dos horas: “Esperé afuera y cuando entré, esperé otros 20 minutos”.

La mujer, mientras esperaba, fue controlada por un médico de visita que confirmó que su bebé estaba vivo, pero que su corazón latía lentamente.

Sin embargo, echándole la culpa a la madre, un médico le dijo que “si hubieras venido antes, podría haber salvado al bebé”.

Después de la tragedia, Fationa fue trasladada a otro hospital, el Queen Elizabeth, para ser tratada por el coronavirus, ya que estaba muy baja la saturación de oxígeno en sangre.

Fationa Nikolli quiere respuestas sobre la muerte de su bebé

Después de los hechos, la mujer se cuestiona seriamente lo ocurrido y ha realizado una denuncia ya que a tres meses de la fallida cesárea, no obtiene respuestas de lo que realmente ocurrió. El Hospital de Mujeres de Birmingham ordenó una investigación interna y se disculpó con la mujer sobre lo ocurrido.

Después de la muerte de su bebé, se le ofreció a Fationa conocer a su niño, pero ella se negó porque "no estaba preparada" para ello, pero sí pidió una autopsia para saber qué había ocurrido y provocado la muerte de su bebé.