El empleado de una gasolinera situada en Idar-Oberstein, en el oeste de Alemania, habría sido asesinado por un hombre de 49 años, tras pedirle que se pusiese la mascarilla. El acusado ha confesado que se siente acorralado y agobiado por las medidas impuestas por el gobierno alemán tras la pandemia del Coronavirus.

El empleado se negó a atenderle sin la mascarilla

El cajero de la gasolinera, de tan solo 20 años, era un estudiante que compaginaba los estudios con el trabajo para poder sacarse unos ahorros. Todo transcurría normal, nunca tuvo ningún problema.

Hasta que apareció un hombre de 49 años, el cual no llevaba la mascarilla obligatoria. El empleado le pidió que se la pusiese, pero el acusado se negó. Lo que llevó a una discusión entre ambos, y posteriormente el asesino se marchó del local para volver con mascarilla y matar de un disparo al empleado.

Asesinó al empleado porque se sentía 'acorralado' con las medidas del COVID-19

Tras su posterior detención, el acusado pasó a disposición judicial, donde según ha comunicado el fiscal Kai Fuhrmann, el asesino se sentía "acorralado" por las medidas de prevención por la pandemia del coronavirus, y que sentía que esos protocolos eran una "vulneración de sus derechos".

Las fuerzas de seguridad de Alemania siguen investigando el caso, analizando el material informático que interceptaron en su domicilio, así como averiguar el origen del arma con el que asesinó al empleado, ya que no poseía ningún tipo de licencia.

La Policía cree que el asesino podría estar vinculado a los 'Querdenker' o librepensadores, organización muy vigilada en los últimos meses por los servicios secretos alemanes.

Consternación en el país por la muerte del joven empleado

El asesinato del cajero de la gasolinera ha impactado a todo un país, un país que ha querido denunciar públicamente hechos como los que vivió la ciudad alemana a principios de esta semana.

Julia Klöckner, ministra de Agricultura de CDU, sintió conmoción tras lo ocurrido, asegurando que el asesinato era "impactante". Otros, como Katrin Göring-Eckardt, líder ecologista, se pronunció a través de redes sociales para denunciar este acontecimiento, diciendo que era "el cruel resultado del odio". En cambio, el diario alemán Tagesspiegel ha informado de que en varios grupos ultraderechistas y conspiratorios de la plataforma Telegram se ha aplaudido y defendido al autor confeso del crimen.

Al lugar del crimen han sido numerosas las personas que se han querido acercar para despedir y hacerle un homenaje al empleado. Flores, cartas, fotos, velas... todo el país quiso mostrar su consternación por este hecho.