La Marina de los Estados Unidos dio a conocer que patentó una nueva arma no letal cuyo efecto inmediato es, literalmente, hacer callar a la persona atacada. Esta curiosa arma se llama AHAD, la sigla de Acoustic Hailin and Disruption, cuya traducción sería “bombardeo y disrupción acústica”.

El arma que 'obliga a callar' parece sacada de una película

Este arma, que parece sacada de la febril imaginación de un guionista de cine, no es una locura más de la conocida serie ‘El Superagente 86’ y sus disparatadas invenciones, como el “zapatófono” y el “cono del silencio” que de tan silencioso impedía que las personas que entraban en él se pudieran comunicar, generando graciosas situaciones entre el agente 86 y su jefe de la organización “Control”.

La nueva arma patentada por la Marina de los Estados Unidos no ataca ni daña a las personas, sino su capacidad de hablar, obligando a callar. Un dispositivo que si bien no es letal, es decir, no mata, no es ninguna broma.

Su principio está basado en un desarrollo de científicos japoneses

Fue patentada en 2019 y ahora fue dada a conocer, aparentemente basada en tecnología previa desarrollada por Kazutaka Kurihara del Instituto Nacional de Ciencia Industrial Avanzada y Tecnología, y Koji Tsukada de la Universidad Ochanomizu de Japón.

De hecho, la publicación de la patente de la Armada de los Estados Unidos incluye como ilustración el vídeo publicado en ArXiv en 2012, el archivo en línea para prepublicaciones de artículos de Investigación científica en el campo de las matemáticas, física, ciencias de la computación y biología cuantitativa.

Es cierto que hay pocas posibilidades de que alguna vez se use en la práctica y aún más en un frente de batalla, pero este arma acústica no letal de la Marina de los Estados Unidos, puede enfocarse, por ejemplo, solo en un orador a través de micrófonos y altavoces direccionales para hacerlo callar a voluntad. La persona objetivo de la AHAD tendrá afectada la capacidad de hablar y quedará muda, agravada por el hecho de que su entorno no será consciente de la situación en absoluto.

Desbaratar mítines políticos sería alguno de sus usos

¿Cómo consigue esta curiosa arma hacer callar a una persona? Se explica de la siguiente manera: en el habla normal, el orador escucha sus propias palabras con un ligero retraso, y el cerebro está acostumbrado a este tiempo determinado en la “retroalimentación”. Al introducir otra fuente de retroalimentación del mismo sonido con un retraso suficientemente largo medido en cientos de milisegundos, la concentración del orador se ve perturbada y se le imposibilita continuar.

Un arma que bien podría usarse en mítines políticos para desorientar y hacer callar a los oradores o líderes, que tampoco tendrán ni daños, ni secuelas personales, pero sí se dañaría su discurso, con el agravante de que nadie se daría cuenta de su repentino silencio y posterior bochorno.

Los efectos de este arma que enmudece desaparecen cuando la persona deja de hablar, pero vuelve a atacar cuando el orador intenta hilar dos palabras, obligándolo a callar. La persona puede llegar a pensar que está loca y su entorno también.