La princesa Charlene de Mónaco, esposa del príncipe Alberto Grimaldi, fue ingresada de urgencia en un hospital en Sudáfrica después de un desmayo. La noticia fue dada a conocer ayer por el propio Principado de Mónaco y desató el pánico entre los súbditos monegascos y los aficionados a la princesa.
Un comunicado oficial confirmó el ingreso urgente de Charlene
El comunicado oficial del principado anunció escuetamente: "La princesa Charlene fue trasladada urgentemente al hospital el miércoles por la noche después del colapso", una circunstancia que alarma, ya que la esposa del príncipe Alberto y madre de los gemelos Jacques y Gabriella está varada en Sudáfrica durante meses precisamente por razones de salud, imposibilitada de regresar al principado de Mónaco.
La tranquilidad, sin embargo, provino de la propia casa real que explica: "Fue dada de alta ayer y, según los informes, se encuentra en condición estable. Su Alteza Serenísima envía oraciones y fervientes buenos deseos para una pronta recuperación".
El ingreso se realizó bajo un nombre falso por confidencialidad
Según pudo saberse, Charlene tuvo un desmayo que hizo necesario su ingreso al Hospital Netcare Alberlito de Ballito, en la ciudad de Durban, donde fue hospitalizada con un nombre falso. El equipo médico no quiso desvelar cuáles fueron los tratamientos y procedimientos a los que fue sometida la princesa de la casa real monegasca, manteniendo la más total confidencialidad sobre su estado de salud.
Los largos meses que la princesa Charlene está fuera del principado y de su familia, las cortísimas visitas relámpago de Alberto y los gemelos Jacques y Gabriella, los herméticos comunicados generan zozobra y desconfianza. Nunca terminan de espantarse los fantasmas de que esto no constituya una maniobra, una larga “operación divorcio” de la pareja.
La última visita familiar fue hace una semana, donde Charlene publicó en su cuenta de Instagram cinco fotografías para mostrar cercanía, cariño y alegría por el encuentro con su marido e hijos, sin embargo, el rostro cansado de la princesa despertó la preocupación. "Estoy tan emocionada de tener a mi familia de vuelta conmigo", proclamó, antes de quedarse nuevamente sola en su país de origen, ya que el viaje familiar fue de pocas horas.
A la espera del incierto y postergado regreso a Mónaco
Luego, un nuevo y sorpresivo ingreso, pese a los augurios del propio soberano que había informado al semanario estadounidense People que Charlene ya se encontraba “preparada” y que el regreso a Mónaco se produciría "antes de lo esperado" porque su esposa estaba “impaciente por volver a casa” y que “espera poder volver a reunirse con su familia en Mónaco”.
Charlene, de 43 años, ya había adelantado también en un reportaje que su expectativa era regresar para octubre, de acuerdo a las recomendaciones médicas y su recuperación. Pero al parecer la grave, y misteriosa, infección otorrinolaringologa que padece no le da paz. Y los rumores de divorcio, tampoco.