El pasado sábado, el cuerpo sin vida de la activista LGTB egipcia Sarah Hegazi fue encontrado junto a un mensaje de despedida, que conecta el acto con la violencia sufrida en la cárcel de su país hace tres años. La joven fue arrestada en 2017, después de un concierto de la banda libanesa Mashrou Leila, muy exitosa en oriente medio. Las canciones de la banda son las favoritas de muchísimas personas, sobre todo de la comunidad LGTB, ya que el cantante de la banda, Hamed Sinno, es homosexual y a menudo sus letras tratan de la defensa de los derechos del colectivo.

La encarcelación de la activista LGTB

Durante el evento, Sarah se subió a la espalda de un amigo, y empezó a agitar en el aire la bandera arcoíris, símbolo del colectivo LGTB y de sus luchas sociales. La reacción de las autoridades fue inmediata: Sarah y su amigo fueron arrestados y los Mashrou Leila, vetados oficialmente de Egipto. Sarah pasó en la cárcel dos meses, viviendo un infierno que nunca superó totalmente. Su condición de persona LGTB y activista motivó a sus carceleros a ser aún más duros y violentos con ella. Cuando finalmente fue liberada, fue acusada públicamente por su orientación sexual, exponiéndola al rechazo y estigma social.

Refugiada por LGTBfobia

Por estas razones eligió dejar su tierra y mudarse a Canadá, donde pidió la protección del país como refugiada a causa de LGTBfobia.

Desde su nueva casa, volvió al activismo por los derechos humanos y las personas LGTB, poniendo peculiar atención en las personas encarceladas en Egipto, intentando, también conseguir más atención internacional hacia la terrible situación del colectivo LGTB en su país denunciando la violencia que sufrió en la cárcel. El pasado 13 de junio, Sarah Hegazi se suicidó.

Aplastada por el peso de un sistema LGTBfóbico, que le quitó las ganas de seguir viviendo.

La última carta de la activista egipcia LGTB

La carta que Sarah escribió antes de suicidarse demuestra en pocas palabras su dolor y los signos indelebles de los abusos carcelarios que todavía pesaban encima de su alma: "Para mis hermanos, traté de sobrevivir pero fracasé.

Para mis amigos, la experiencia fue dura y yo fui demasiado débil para luchar. Para el mundo, fuiste realmente cruel, pero te perdono".

La foto de la joven activista se volvió viral en las redes sociales y en la prensa internacional, incluso de los países árabes, poniendo en evidencia la sonrisa que relucía sobre su rostro antes de ser arrestada durante ese concierto que cambió su vida de manera tan cruel. La foto, representa sencillamente una joven que cree en la igualdad y lleva su mensaje de tolerancia en sus manos, agarrando fuerte la bandera arcoíris, mostrándola con orgullo durante un concierto, justo antes que el sistema carcelario egipcio encerrara su felicidad entre rejas.