Canadá ha decidido prohibir un total de 1500 modelos de armas clasificadas “de asalto” tras haber vivido el peor asesinato múltiple en toda la historia del país. Hay que recordar que el pasado mes de abril, más de una veintena de personas fallecieron durante un tirotea. Posteriormente, el Goberino aseguró que iba a trabajar en una ley que estaban estudiando, incluso, antes de esta noticia tan dura. El primer ministro del país, Justin Trudeau, ha asegurado que los canadienses merecen mucho más que unas oraciones o unos pensamientos.
El propio Trudeau ha sido el encargado de anunciar la prohibición de un total de 1500 modelos de armas de fuego y rifles de asalto
Esta decisión se ha aprobado justo una semana después de que tuviera lugar el mayor asesinato múltiple de toda la historia del país que terminó con la muerte de más de veinte ciudadanos. Al anunciar el cierre definitivo del mercado de este tipo de armas de asalto (catalogadas de “grado militar”) en el territorio canadiense, el Primer Ministro ha querido dejar claro que los ciudadanos del país merecen mucho más que oraciones y pensamientos.
Trudeau tiene claro que esta clase de armas solo fueron diseñadas por una razón, con un único objetivo: matar al mayor número posible de ciudadanos en el menor tiempo.
Esta ilegalización podría llegar a afectar a un número máximo de 125.000 armas en todo el país.
De esta manera, será completamente ilegal usar, vender o importar cualquier tipo de arma de asaltos (esta prohibición incluye a sus componentes). Igualmente, este tipo de armas no pueden ser importadas, utilizadas (aunque fueran adquiridas antes de la prohibición) y vendidas en todo el territorio de Canadá.
Estos 1500 modelos de armas incluyen un total de nueve categorías de armas que han sido diseñadas para ser utilizadas en el campo de batalla, según dice Bill Blair, ministro de Seguridad Pública del país.
Varios de sus componentes, igualmente, han sido prohibidos
El Ejecutivo liderado por Trudeau ha contemplado la posibilidad de aprobar un “periodo de transición” durante dos años para aquellas personas que son propietarios de alguna de las armas del listado.
Incluso, habría una “amnistía” mucho más laxa para los miembros de los pueblos indígenas que ejercen sus derechos de caza que poseen los aborígenes” y a que la caza es fundamental para su sustento y el de su familia.
Estos grupos podrían beneficiarse de esos dos años de transición, pero después deberán dejar de utilizar este tipo de armas. El Gobierno estaría organizando un programa de recompra para poder llevar a cabo la retirada de este tipo de armas de la circulación con seguridad, mientras se está llevando a cabo el desarrollo de la legislación por parte del Parlamento.