En el último reporte de Human Rights Watch (HRW) se denuncian los horrores de las "terapias reparativas" que se están realizando en China para intentar "curar" la condición sexual de las personas LGTB. Dichos tratamientos implicarían métodos inhumanos que los psicólogos rechazan por su peligrosidad.

Las terapias en cuestión se realizan tanto en clínicas privadas aprobadas por parte del Gobierno como en los hospitales públicos. El procedimiento aplicado a las personas que se acercan a estos centros es muy agresivo. De hecho, entrevistas a miembros del colectivo LGTB que han pasado por estos procesos han confirmado el uso del electroshock, práctica que, al parecer, se está extendiendo por todo el país.

La Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar y la Sociedad China de Psiquiatría aún no se han pronunciado sobre las informaciones contenidas en el informe de HRW.

Las terapias reparativas

Las 'terapias reparativas' han sido realizadas en muchos países. También en Estados Unidos. Hasta 1973, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) no eliminó la homosexualidad del listado de desórdenes mentales. En China esto no ocurrió hasta 2001, cuando la homosexualidad fue despenalizada. Pero a diferencia de lo que pasó en EEUU, en la República Popular se llevan a cabo todavía este tipo de 'tratamientos', a pesar de que existen personas que han ganado juicios contra las clínicas que proporcionan estas terapias inútiles.

Human Rights Whatch ha entrevistado a hombres y mujeres homosexuales en todo el país para entender qué tipo de terapias se realizan tanto en clínicas públicas como privadas. Las contestaciones fueron uniformes: en estos centros se utilizan la medicación forzada, la hipnoterapia y los tratamientos con electrochoque. Los entrevistados aseguran que cuando decidieron someterse a estas terapias no tenían idea de qué tipo de métodos se iban a emplear con ellos.

Las asociaciones LGTB que se han ocupado de realizar el informe para Human Rights Watch afirman que hay muchos casos en los que las personas son obligadas a someterse al tratamiento de electroshock. Este extremo ha sido confirmado por uno de los expertos que participó en el reporte, el activista Beijing Gender.

Las motivaciones y las consecuencias

Las motivaciones por las cuales muchas personas se han sometido voluntariamente a estas torturas están conectadas con la presión psicológica ejercida por parte de la familia. En la cultura china, mantener la línea de herencia es algo muy importante. Además, como en el país los matrimonios LGTB no están permitidos, muchos padres suplican a sus hijos e hijas que prueben estos 'tratamientos' con el objetivo de poder casarse y darles nietos.

Las consecuencias de estas prácticas son desastrosas para las personas que se someten a ellas. La depresión y graves traumas psicológicos conectados con el enfoque negativo de la homosexualidad son solo algunos de los problemas que se desarrollan después de someterse a estas 'terapias' que no llevan a ningún resultado.

De hecho, los propios hospitales están acabando con estos 'tratamientos' al concienciarse de que no se alcanzan cambios en el 'paciente'. Los que se dirigen a clínicas privadas suelen dejar la 'terapia' cuando las familias no pueden seguir afrontando los altos costes de la 'cura'.