Manifestantes irrumpieron en el consulado iraní en la ciudad de Basora, en el sur de Irak, incendiándolo como parte de las mortíferas manifestaciones contra la falta de servicios y empleos en las que varios edificios gubernamentales han sido saqueados e incendiados.
Manifestantes entraron el viernes en el edificio del consulado en Basora, gritando que condenaban lo que muchos iraquíes perciben como la interferencia de Teherán en la política de su país. El consulado estaba vacío cuando la multitud irrumpió.
En comentarios a la agencia de noticias estatal iraní Fars, Bahram Ghassemi, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, negó que se les dijera a los ciudadanos iraníes que abandonaran Basora.
Toque de queda
Los funcionarios de seguridad iraquíes anunciaron un toque de queda en toda la ciudad de Basora, una ciudad de dos millones de habitantes, advirtiendo que "cualquier persona presente en la calle" sería arrestada.
Varios manifestantes han muerto, la mayoría en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, desde el lunes.
Según Marwan Kabalan, director de análisis de políticas del Instituto de Doha, las protestas muestran un creciente descontento con la influencia de Irán en Irak. "Los que han gobernado el país durante los últimos 15 años han sido en realidad aliados iraníes", dijo Kabalan. Añadió que el pueblo está protestando contra estas élites que están respaldadas por Irán y contra la influencia iraní en el sur de Irak.
"Irán también ha cortado el suministro de electricidad recientemente, alegando que Irak no ha podido pagar por la electricidad, que es otra razón por la que la gente ha dirigido su ira contra Irán", dijo Kabalan.
El parlamento iraquí se reunirá
La ira pública ha crecido en un momento en que los políticos están luchando por formar un nuevo gobierno después de unas elecciones parlamentarias no concluyentes en mayo.
Los residentes del sur se quejan de décadas de abandono en la región que produce la mayor parte de la riqueza petrolera de Irak.
El asalto al consulado el viernes se produjo horas después de que el clérigo chiíta más venerado de Irak pidiera un cambio político en la capital, Bagdad, y el cese de la violencia contra los manifestantes.
El ayatolá Ali Sistani culpó de los disturbios a los líderes políticos y dijo que debería formarse un nuevo gobierno. "Los fracasos de los líderes políticos iraquíes en los últimos años han causado la ira de la gente de Basora", dijo Sistani. "Esta realidad no puede cambiar si el próximo gobierno se forma de acuerdo con los mismos criterios adoptados al formar gobiernos anteriores. Hay que presionar para que el nuevo gobierno sea diferente de sus predecesores".
El líder interino del parlamento iraquí, mientras tanto, ha convocado a legisladores a una sesión de emergencia el sábado para discutir los disturbios.