Uno de los rescates mas complicados de la historia terminó con final feliz en Tailandia, al sacar a 12 niños y su entrenador de una profunda cueva donde tuvieron que aprender a bucear para poder salir, incluso algunos niños tuvieron que salir completamente sedados.

La satisfacción por parte de los rescatistas y los familiares de los niños se hizo sentir, y luego de la alegría, los niños pasarán nueve días en un monasterio budista para realizar algunas ceremonias.

Limpieza del espíritu

Nueve días pasarán los niños en el monasterio, el mismo período de tiempo que permanecieron en la cueva, realizando diversas actividades religiosas, las cuales fueron diseñadas para personas que han pasado por adversidades de gran magnitud.

Los niños serán iniciados como novicios durante su estadía en el monasterio, donde ingresaron con sus cabezas rapadas, y desde hoy martes comienzan sus actividades ceremoniales.

Uno de los abuelos de los niños manifestó en entrevista que para la tradición es como si los niños hubiesen muerto y nacido de nuevo, y que los actos ceremoniales son para su propia protección. Además explica Nopporn Wong-Anan, editor y periodista, que el objetivo de la ceremonia es que los niños vivan ese período de nueve días, la vida de un monje, de esa manera honran la vida de los rescatistas que arriesgaron sus vidas por salvarlos y a su vez, conmemorar la muerte del buzo que perdió la vida durante la operación.

Detalles de la ceremonia

Túnicas blancas es el atuendo que usarán los niños en la ceremonia de preparación, y durante su ordenación el miércoles vestirán de azafrán.

Diez principios budistas como no mentir y convivir con los demás, aprenderán y ejercitarán los niños durante su estadía en el monasterio. La idea es que los niños logren interiorizar estos preceptos, colocarlos en practica y compartirlos con los demás.

Es una tradición ordenar a los hombres tailandeses como monjes budistas al llegar a la mayoría de edad.

Ekkapol Chantawong, el heroico entrenador que logró preservar la vida de los niños en la cueva, también estará presente durante los nueve días de ceremonia. Ya anteriormente Chantawong había sido ordenado como novicio, pero en esta oportunidad será ordenado monje y deberá aprender por completo todos los principios de Buda que son 227.

Chantawong fue pilar fundamental para los niños en la cueva, pues se dice que les enseñó a los niños técnicas de meditación para lograr a dosificar el aire en la cueva.