Los profesionales del buceo que se encuentran colaborando con el rescate pertenecen a diferentes países. Existen 18 de ellos extranjeros prestando apoyo en esta ardua y difícil situación, sin contar 5 marines de élite pertenecientes al lugar. Todos ellos entregados a desarrollar de manera positiva el rescate de los 12 niños y su monitor atrapados en la cueva Tham Luang.

Esta operación hasta el momento se ha realizado en dos fases, las cuales han sido exitosas. Dando como resultado el rescate de 8 chicos, aún falta rescatar el resto pero las esperanzas son cada vez mayores.

Un español en el rescate

A pesar de los obstáculos presentados en el proceso nada ha detenido a los expertos a realizar su labor. Han logrado rescatar a más de la mitad de los afectados y los mismos se encuentran en perfecto estado de salud, siendo monitoreados en un centro hospitalario. Entre los buzos que realizan esta heroica misión se encuentra un español, se trata de Fernando Raigal, un buzo profesional natural de Ciudad Real actualmente afincado en Tailandia.

El joven buzo tiene experiencia en actividades realizadas a gran profundidad, como lo es la construcción de plantas petrolíferas en alta mar. Ha llegado a pasar semanas aislado en cámaras de gran profundidad, esto le da el conocimiento necesario para participar en este delicado operativo de rescate y regresar en buen estado a sus hogares a estos pequeños.

La salida de la cueva representa una prueba de supervivencia, tema en el que los buzos son expertos. Así que han utilizado este punto a su favor, prepararando psicológicamente a los menores de manera que muestren la fortaleza mental que se requiere en el momento. Con esto y una máscara completa que les permita respirar bajo el agua mantenían la seguridad y apostaban al éxito del proceso.

Proceso de rescate

Los niños rescatados no estan solos bajo ningún concepto, puesto que representaría poner en riesgo la vida de los jóvenes tailandeses. Cada niño cuenta con la ayuda de dos profesionales, el primero va delante suministrando aire al niño y el segundo va detrás empujándole para hacerle creer que flota. De esta forma aunque el niño no sepa nadar, siempre podrá bucear guiado por un cabo.

Poniendo en marcha este proceso los buzos han podido rescatar a 8 de los niños atrapados en aquel peligroso lugar. La llegada al sitio de rescate era tardía por nadar contra corriente, sin contar que lo estrecho de la cueva no favorece el desenvolvimiento de la actividad de buceo. Pero a pesar de tener todas esas cosas en contra han sabido lidiar con la situación, y hasta el momento han podido lograr su cometido.