Según el Malaria World Report 2017, publicado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha producido un estancamiento en la lucha contra el paludismo o malaria en todo el mundo. La morbilidad por esta causa se ha incrementado en cinco millones de casos entre los años 2015 y 2016, ascendiendo a 211 millones de personas infectadas en el mundo.

Durante el periodo considerado en el reporte, en la Región de las Américas, nueve países han registrado un aumento de 20% o más en la incidencia de casos. Entre estos, Venezuela se ha visto particularmente afectada debido a la crisis política y económica que vive actualmente.

El paludismo o malaria, es una enfermedad parasitaria causada por protozoarios del género Plasmodium, transmitida por la picadura de un mosquito hematófago infectado. Es una enfermedad febril, con sintomatología inespecífica, que puede evolucionar a casos graves como fallo hepática potencialmente mortal. Esta patología es causante de al menos 445.000 decesos anualmente, de los cuales la mayoría son niños.

La situación en Venezuela

Décadas atrás, Venezuela fue un modelo para la erradicación de esta enfermedad en el continente americano. En el año 1961, la zona centro-norte del país fue declarada libre de malaria por la OMS. Esto fue considerado un gran logro para la salud pública de ese país.

Sin embargo, la crisis política y económica que se ha instaurado en Venezuela durante la era del socialismo del siglo XXI, han propiciado algunos cambios en las cifras de morbilidad y mortalidad por esta causa.

Desde el 2008, los casos de paludismo vienen en franco ascenso año tras año. En el último reporte se detectó que la cifra de casos superó el 76% entre 2015 y 2016, alcanzando los 240.613 nuevos casos.

Aunque los tratamientos y las medidas de prevención son altamente eficaces, los casos reportados en el año 2016, representan la cifra más elevada en la historia del país suramericano.

Según este reporte, Venezuela se convierte en el país americano con la mayor cantidad de casos nuevos de la enfermedad, dejando relegado a Brasil en el segundo puesto de la lista del continente.

Las zonas de alto riesgo

En la región sureste de Venezuela, específicamente en el Estado Bolívar, se concentran la mayor proporción de casos de paludismo.

Al menos 74% de los casos reportados durante 2016 se encuentran en esta zona, en la cual solo en un municipio (Sifontes), se registró el 46% de la casuística del país.

Las zonas más afectadas son aquellas donde se lleva a cabo la actividad minera. En los últimos años se ha incrementado considerablemente la minería ilegal de oro y con ello también ha aumentado el riesgo para la enfermedad. De hecho, cerca de 40% de los casos reportados ocurren en mineros ilegales.

Por otra parte, la falta de oportunas medidas sanitarias ambientales ha favorecido la expansión de esta parasitosis hacia otras regiones del país, incluso aquellas que fueron declaradas como zona libre en tiempos anteriores.