La ONG Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) informó que se han confirmado la muerte de 351 personas y al menos 2.100 personas que resultaron heridas en menos de tres meses en Nicaragua por la crisis actual que sacude al país. Álvaro Leyva, el director de la organización, informó que la mayoría de las víctimas eran ciudadanos nicaragüenses que protestaban en contra del Gobierno de Ortega. Informó además de 329 personas secuestradas y 68 torturadas, luego de ser atrapadas por policías y paramilitares en distintas zonas del país.

Leiva especificó que de los 351 fallecidos, 306 eran civiles, 28 paramilitares, 16 policías y uno perteneciente al ejército.

Los registros de las víctimas corresponden a las fechas del 19 de abril al 10 de julio.

Según Paulo Abrao, Secretario General de la CIDH, la represión contra los manifestantes que se oponen al Gobierno se ha profundizado a nivel nacional, consistiendo en arrestos arbitrarios, incursiones ilegales; entre otros métodos aplicados, con el fin de contener a las personas que participan en las marchas.

Luego de los tres meses de la mayor crisis en cuatro décadas en Nicaragua, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó a la Organización de los Estados Americanos (OEA) y a la comunidad internacional en general que exijan al Gobierno de Nicaragua que finalice de inmediato la represión y las violaciones a los derechos humanos en el país.

Por qué se iniciaron las protestas

La crisis en Nicaragua se inició el 18 de abril, en medio de una protesta, de mayoría estudiantil, luego de que el presidente Daniel Ortega propusiera una reforma al seguro social. Manifestantes salieron a las calles para rechazar los cambios que el Gobierno intentaba establecer.

Pero los ciudadanos fueron atacados por policías y paramilitares armados que arremetieron contra ellos.

En medio de presiones nacionales e internacionales, el presidente Ortega decidió echar atrás la reforma del seguro social, alegando que no quería más violencia en el país. Sin embargo, las manifestaciones se extendieron debido la represión en las marchas y la muerte de personas víctimas de la violencia, un claro indicio de violaciones a los Derechos Humanos.

El ejército se desvincula de los ataques a nicaragüenses

El ejército de Nicaragua afirmó este martes que el personal militar no está involucrado en actos de represión a protestantes.

Además, aseguraron que tiene el "control absoluto" de sus armas y que están no han sido utilizadas para atacar a los ciudadanos.

"Rechazamos el montaje de actos donde nunca hemos estado, las falsas informaciones e imágenes manipuladas que tienen como objetivo hacer creer el involucramiento de personal y armamento del ejército de Nicaragua en actividades de orden público", señaló la institución en un comunicado.