A partir de este viernes, Estados Unidos empezó a establecer sobre centenares de productos de fabricación china, aranceles que agregan un valor anual de 34.000 millones de dólares. Paralelamente a la reacción que esto ocasiona, el país asiático ha catalogado el hecho como el inicio de la guerra comercial de mayor magnitud en la historia económica.

El Ministerio de Comercio chino declaró que, su país estaba comprometido a no dar el primer paso en lo que algunos analistas denominaron una guerra comercial. Sin embargo, el Gobierno se vio forzado a tomar represalias y poner aranceles a los productos del país norteamericana con la finalidad de resguardar los intereses propios de la nación, también asegura que el agravamiento de la situación puede traer repercusiones para todos, y aunque en realidad no es una guerra, se desconoce en qué puede terminar.

Consecuencias de la respuesta de China

Las medidas de la administración de Trump, a partir de este viernes, están aplicándole aranceles de 25 % a rubros chinos, lo cual se traduce en el mercado norteamericano. Esta media afecta los productos tecnológicos que son necesarios para la vida cotidiana, a su vez, otra gran variedad de artículos se verán involucrados, desde plásticos hasta reactores nucleares.

De acuerdo con un análisis del Instituto Petersen de Economía Internacional. La afección de los aranceles abarca una diversidad de productos que son empleados para la fabricación de otros, también aseguran que, el impacto producido, llegará hasta artículos que no solo se comercializan en Estados Unidos.

La respuesta que el país asiático ha implementado, representa un ataque para el sector agrícola estadounidense, como también para la industria automovilística que fabrica en EE. UU. y en menor medida, también afecta a insumos médicos, petróleo y carbón. Un portavoz del centro de investigación Ruta de la Seda, Vinesh Motwani, ha explicado a la BBC su preocupación por lo que se ha denominado como una guerra económica entre los dos países.

Alegó que la situación no es cosa de juegos y que tal vez podría empeorar.

Afecciones a países involucrados y terceros

Las economías de ambos países serán las más afectadas, pero está claro que no son las únicas que pueden sufrir cambios. Taimur Baig, el jefe economista del DBS, asegura que una guerra de este tipo podría consumir del PIB para las dos economías, un 0.25% en el 2018.

Tomando en cuenta que el crecimiento de China es mayor que el de EE.UU., Baing considera que las consecuencias pueden ser mayores para Estados Unidos. Según Nick Marro, miembro de la Unidad de Inteligencia Económica, señala que países como Singapur, Taiwán o Corea del Sur, pueden verse afectados si el volumen de exportación por parte de China se ve afectado, ya que muchos de los artículos que China ensambla contienen componentes que se fabrican en dichos países.