La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, ha despejado el camino para unirse a un ataque militar contra Siria después de que su gabinete respaldara sus planes de unirse a Estados Unidos para lanzar ataques contra el régimen del presidente Assad.

La primera ministra habló con el presidente Donald Trump, quien estuvo de acuerdo en que el uso de armas químicas por parte de Assad "no debería quedar sin respuesta". Ella recibió el apoyo "unánime" de sus planes por atacar.

May buscará lanzar ataques aéreos sin obtener primero la aprobación parlamentaria, en una acción a la que se oponen numerosos diputados en la Cámara de los Comunes.

Esto significa que Gran Bretaña está a punto de unirse a los Estados Unidos en otra incursión militar en Oriente Medio.

El ataque químico en Duma conmocionó al mundo

Occidente se está preparando para responder a un ataque químico que dejó al menos cuarenta personas muertas y cientos más recibiendo tratamiento en la ciudad siria de Duma el sábado. Duma se encuentra a pocos kilómetros de la capital del país, Damasco, y está bajo el control de los rebeldes que quieren derrocar al presidente Assad.

El ataque fue el último capítulo de una guerra civil que ha asolado a Siria desde 2011. El conflicto ha dejado más de 500.000 sirios muertos y millones de desplazados, según datos del Observatorio de Derechos Humanos de la ONU y Siria.

Las acusaciones

La primera ministra May, el presidente Trump y otros líderes occidentales creen que Assad está detrás del ataque. May describió el ataque como un "acto bárbaro e impactante" que no puede ser "no cuestionado" por Gran Bretaña y sus aliados. El régimen de Assad niega ser responsable del ataque.

Se informó que los barcos y submarinos de Estados Unidos y Gran Bretaña se trasladan dentro del "rango de misiles" de Siria con acciones militares que posiblemente comiencen dentro de los próximos días.

Al contrario de lo que muchos creen, la primera ministra del Reino Unido no está legalmente obligada a buscar la aprobación parlamentaria antes de lanzar una acción militar. De hecho, ni siquiera necesitan informarles.

La raíz de este concepto erróneo es la invasión de Iraq en 2003. El entonces primer ministro Tony Blair pidió al Parlamento que votaran a favor de invadir Iraq.

Los primeros ministros pueden decidir buscar apoyo parlamentario para dar a su acción militar la autoridad política. Después de todo, ir a la guerra es una de las decisiones más arriesgadas y controvertidas que un primer ministro puede tomar.