En España es típico celebrar las fiestas del Judas el domingo de Resurrección, en Semana Santa. Para llevar esta "fiestas" a cabo se confecciona un muñeco que representa a Judas Iscariote y luego se apedrea, se lincha o se quema por haber traicionado a Cristo por treinta monedas de platas. Esta tradición no solo tiene lugar en España, sino también en Venezuela.
En la tierra venezolana, este muñeco va más allá de la quema de alguien que es traicionero, sino tiene que ver con la justicia social.
Es normal ver reflejados en sus Judas a representantes políticos que no están cumpliendo bien sus funciones o personas famosas de poco agrado para el pueblo. En la época de Semana Santa es muy común asistir a la procesión del Nazareno de San Pablo en Caracas y el domingo a la quema de Judas del sector Cementerio, la cual se realiza desde 1941 y este domingo cumplió 77 años de aniversario.
El Judas del "No hay" de Caracas
Este 2018, como es costumbre, un grupo de personas se congregaron para hacer el muñeco y quemarlo. Lo curioso de esta edición es que el Judas no representaba a una persona, sino a dos palabras que en los últimos tiempos en Venezuela han cobrado vida y una fuerza indescriptible: "No hay".
Durante la celebración de la quema, personas se acercaban al Judas y le colocaban un papel con algo que no se conseguía en el país.
El diario Caraota digital estuvo allí y entrevistó al vicepresidente de la Sociedad Civil de Judas del Cementerio,quien explicó la razón de ser del muñeco "¿Pero por qué "no hay"? No hay agua, no hay luz, no hay leche, no hay comida, no hay alimentos, no hay hospitales, no hay nada señores. Sirva esta quema de Judas como llamado, como protesta, una reflexión. Al Gobierno Nacional que se avoque a gobernar, que el pueblo no tiene nada" expresó Martínez.
El vicepresidente de la asociación también recordó que nunca antes en Venezuela había existido una carencia de tal magnitud y que sueña con un futuro inmediato, donde las palabras no hay , sean remplazadas por si hay, que las personas vayan a los hospitales y sí reciban atención, que vayan a los supermercados y sí hayan productos alimenticios.
Martínez aprovechó la oportunidad para pedir la apertura del canal humanitario para su país, que el gobierno haga una reflexión profunda y deje las diferencias políticas a un lado, espera decencia en la función pública, en conclusión quiere que acabe el "no hay".
Una vez más Venezuela hace ver su descontento hacia la crisis económica, política y social.