La crisis política, social, económica y humanitaria que vive Venezuela, ha traspasado las barreras interespecies, es un problema de todos, incluidas las mascotas y otras especies animales. En este país mueren a diario niños por desnutrición y otras patologías prevenibles, debido a la escasez de alimentos y medicinas, y los animales son el último eslabón de esta cadena de lamentables acontecimientos.

Es imposible mantener una mascota

La hiperinflación que actualmente afecta a la economia de los venezolanos, ha llegado a tal punto que resulta imposible comprar alimento para mascotas.

En Venezuela, un kilogramo de alimento balanceado para perros cuesta alrededor de 250.000 bolívares (1 €)), en tanto que el alimento para gatos ronda los 950.000 Bs (3.5 €)). En contraste, el salario mínimo del venezolano es de 392.646 Bs. (escasamente unos 1.52 €) al mes). A los gastos por alimento, se deben sumar los costos, de medicamentos, vacunas, consulta veterinaria y otros gastos asociados al cuidado de la mascota.

Las mascotas no emigran

Es bien conocida la diáspora que atraviesa la nación caribeña, países suramericanos como Colombia, Perú, Ecuador, Argentina y Chile, Panamá, algunas islas del Caribe, México, Estados Unidos y España son los principales destinos a donde huyen los venezolanos de la agobiante situación; lamentablemente, en muchos casos resulta imposible llevar a las mascotas.

En vista de la distorsión económica existente, los emigrantes, deben dejar a sus mascotas con familiares o amigos o darlas en adopción a desconocidos, o en el peor de los casos, quedan en la calle “a las buenas de Dios” y de algún buen samaritano que pueda ofrecerles algo de comida.

Aun cuando puede verse a diario salir mascotas desde los aeropuertos venezolanos con rumbo hacia otros países, la proporción es insignificante en relación con los que se quedan, y aunque no existen cifras oficiales al respecto, es evidente la creciente cantidad de perros y gatos de deambulan por las calles en busca de alimento.

Acciones gubernamentales

Hasta la fecha, el gobierno venezolano, no ha realizado las acciones pertinentes para garantizar el bienestar de las mascotas y en general de los animales afectados por la crisis, la cual ya no solo es una crisis humanitaria, sino también animal. Con este accionar negligente se están violentando instrumentos legales promulgados durante la era del socialismo venezolano, tal es el caso de la Ley para la Protección de la Fauna Doméstica, Libre y en Cautiverio, vigente en Venezuela desde el año 2010.