De Perú para el mundo. Una investigación publicada por la Agencia de Investigación Ambiental (EIA por su sigla en inglés), organización no gubernamental que estudia el comercio de madera, señala que existen grandes cantidades de madera ilegal que fueron enviadas por importadores de alrededor 18 países.

La investigación fue titulada El momento de la verdad: oportunidad o amenaza para la Amazonía peruana en la lucha contra el comercio de la madera ilegal y también contó con especialistas del Centro para el Derecho Internacional Ambiental (CIEL).

El estudio basó su análisis en 900 actas de inspección del Estado peruano a embarques con carga de madera a exportar en el puerto más importante del Perú, el del Callao.

Entre los países que conforman la lista se encuentran China, República Dominicana, Estados Unidos, México, Francia, Cuba, Corea del Sur, Bélgica, Puerto Rico, Australia, Taiwán, España, Chile, Ecuador, Uruguay, Canadá, Israel y Japón. Para determinar dicha lista, EIA estudió la documentación respectiva que tenía en su poder la autoridad forestal del Perú, Serfor (Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre).

La madera ilegal fue exportada por al menos 45 compañías que se encontraban en la lista roja del Organismo Supervisor de los Recursos Forestales (Osinfor), organismo dedicado a la fiscalización y certificación de madera en el Perú.

Blasting News se comunicó con Julia Urrunaga, directora de Programas Perú de EIA, quien señalo que aparte de Estados Unidos, que ya comenzó a tomar acciones contra la madera ilegal del Perú, el resto de países, con especial énfasis en China, no han tomado acciones legales. “Los exportadores deben indicar de dónde proviene la madera que comercializan.

Por otro lado, parece que para los países que la reciben no existiera el problema de la madera ilegal. Deben comenzar a actuar ya. El mercado peruano no es cualquier mercado de madera, tiene más de 80% de ilegalidad”, resaltó.

Resultados más sorprendentes del estudio

Entre otros resultados impactantes de la investigación sobre madera peruana encontramos que 17% de los puntos de extracción de madera estudiados provienen de fuentes ilegales; solo 16% son legales; mientras que en el gran porcentaje restante de 67% no tiene un origen claro, sin embargo, se determinó que existe un alto y mediano riesgo que sean ilegales.

Julia Urrunaga explicó que se basaron en los antecedentes de las empresas exportadoras para determinar su “alto riesgo” a la ilegalidad. “La madera ilegal y de dudosa procedencia que hemos estudiado se comercializó en todo el 2015 en el puerto más importante del Perú, el del Callao. Allí la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) de Lima tiene una oficina donde realiza inspecciones aleatorias. Con la información que ellos recogieron es que nos basamos para el estudio que acabamos de publicar”, detalló.

El total de la madera analizada en la investigación de EIA equivale a 41% del total de exportaciones de madera que tuvo todo el Perú en el 2015. Si hablamos en valores monetarios, su valor asciende a más de 39 millones de dólares americanos.

En el mismo año, en el Perú se había ejecutado la mayor operación contra el tráfico ilegal de madera. Con la Operación Amazonas se logró intervenir al buque Yacu Kallpa, que reunía grandes cantidades de madera que iba a ser transportada desde el puerto de Iquitos, en la región de Loreto, hasta países como República Dominicana, México y Estados Unidos. La ruta que cubría el Yacu Kallpa era la más importante para le exportación de madera proveniente de la Amazonía norte del Perú.

Con la posterior investigación, se determinó que más del 91% de la carga de madera era de origen ilegal. Lo que produjo una serie de incautaciones y operaciones en el Perú y en los tres países señalados en el párrafo anterior.

En los dos últimos años no hubo mayor control

Julia Urrunaga cuenta a Blasting News que luego de haber visto estos antecedentes era necesario continuar el análisis de los mismos datos, pero en los años 2016 y 2017, sin embargo, se dio con la sorpresa que no existían. “La autoridad forestal del Perú (Serfor), nos comentó que solo disponían de las actas de inspección del 2015. Luego, por nuestra insistencia, nos comentaron que disponían de 23 actas de inspección del 2016. Del 2017 no tenían nada”, resaltó la especialista de EIA en Perú.

Si bien no hay información proveniente de Serfor del año pasado en relación a sus actas de inspección. Urrunaga compartió información del Osinfor que podría servir de señal que la ilegalidad ha continuado en el 2016 y en el 2017.

“El 67% del volumen movilizado de madera durante el 2017 y el 2016 ha sido sin autorización. Eso indica que la ilegalidad ha persistido. Y no hablemos del comercio al interior del país, esa documento no existe”, afirmó Urrunaga.

Blasting News se intentó comunicar con representantes de Serfor para saber su posición frente a los altos índices de madera ilegal exportada desde el Perú, pero hasta la publicación de este artículo no hubo respuesta.

El “lavado de madera” y sus impactos socioambientales

El problema del comercio de madera ilegal en Perú tiene varios efectos, según el investigador del Centro para el Derecho Internacional Ambiental (CIEL), Rolando Navarro. Sus impactos son múltiples y se reproducen en cada etapa del “lavado de madera”.

“Hay varias maneras de lavar madera. La más común es que se presente documentación falsa al Estado. Se presenta madera que supuestamente ha llegado de un punto de extracción legal, pero en realidad proviene de un área protegida”, explica Navarro, quien fue presidente ejecutivo del Osinfor cuando se dio el megaoperativo Amazonas y se detuvo al buque Yacu Kallpa. Luego de dicha operación, Navarro fue destituido de su cargo.

Rolando Navarro explica que en medio de todo el ciclo de lavado de madera existen una serie de abusos contra comunidades indígenas que no quieren que sus bosques sean talados, hay deforestación, además se evaden impuestos.

Julia Urrunaga en la misma línea de los efectos negativos del lavado de madera señala que “para lavar madera debe existir corrupción, se necesita romper la institucionalidad ya que se actúa como crimen organizado”.

El propio Serfor inició procesos sancionadores en diciembre del año pasado a 90 consultores forestales por presentar información falsa respecto al comercio de madera. Incluso, se ha registrado un caso en donde los funcionarios del Serfor formaban parte de una red de tráfico ilegal de madera en la selva central. Sin embargo, no es solo la corrupción la que está presente, sino también el asesinato a quienes se enfrentan a los taladores ilegales.

En setiembre de 2014, madereros ilegales asesinaron a cuatro indígenas asháninkas de la comunidad de Alto Tamaya-Saweto, en la región amazónica de Ucayali, entre los que se encontraba el líder de la comunidad, Edwin Chota. Hasta el momento, no se encuentran a los responsables del crimen.

¿Es posible determinar el origen de la madera?

Según un documento proporcionado por Julia Urrunaga de EIA, empresarios de la madera en Perú afirman que no se puede lograr un trazabilidad de la madera desde el embarque hasta su punto de extracción, “puesto que la madera en todos los procesos de su transformación inicia como una gran bolsa de materia prima, proveniente de muchos títulos habilitantes y en su proceso productivo se van mezclando innumerables veces hasta completar un lote de productos terminados a exportar”, se detalla en el oficio entregado a la autoridad aduanera del Perú, Sunat (Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria).

Para Rolando Navarro, investigador de CIEL, esto no es cierto.

“El argumento de los empresarios es que la madera se mezcla a la hora de transformarla, pero no es preciso. Desde 1994 los exportadores de madera tienen ciertos beneficios tributarios y para eso deben entregar documentación del origen de la madera al Estado. En todo caso, si no es posible la trazabilidad, que devuelvan todos los millones de soles que han ganado en todos estos años”, respondió.

El procurador del Ministerio del Ambiente, Julio Guzmán, quien vela por los intereses del Estado cuando suceden delitos ambientales, sostuvo que sí es posible la trazabilidad.

“En algún momento en la planta de trasformación la madera sí es mezclada, pero eso es relativo. Como todo servicio legal de compra y venta existe documentación que certifica el origen de la madera.

Los agremiados del empresariado dicen que no es posible porque les conviene decir eso. Así se obtienen ganancias extras”, comentó.

Para el procurador ambiental Julio Guzmán, antes se deben arreglar el problema de la legalidad de madera en el Perú para luego comercializarla afuera. “Los productos madereros deben poder ser adquiridos por todos los países, pero se debe verificar en todo el proceso de comercialización de la madera que sea legal”, dijo.