Recientemente, la administración del presidente Donald Trump emitió un comunicado en el que dijo que ha dado nuevas sanciones contra individuos y compañías vinculadas a la organización Libanesa Hezbolá. Estas sanciones se centran principalmente en entidades y personas ubicadas en Oriente Medio y África Occidental.

Según funcionarios de la administración Trump, las sanciones están diseñadas para debilitar la influencia de Hezbollah y por extensión Irán, en el sudoeste de Asia. Hasta el momento, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ha seleccionado a los países de Líbano, Ghana, Sierra Leona y Liberia.

Las sanciones están diseñadas para congelar los activos de cualquier individuo que haga negocios con las siete compañías y seis personas nombradas en la nueva ley.

En una declaración preparada, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steve Mnuchin, dijo que Hezbolá es "responsable de la muerte de cientos de estadounidenses". El grupo también está oficialmente catalogado como una organización terrorista por el gobierno estadounidense.

La noticia de estas nuevas sanciones llega en un momento peligroso para la política exterior de los Estados Unidos en Oriente Medio. El poder regional de Hezbolá se ha incrementado significativamente desde que envió a sus soldados a los campos de batalla de Siria para reforzar al presidente Bashar al-Assad.

Ahora al alcance del dinero Iraní y las armas Sirias y Rusas, muchos analistas geopolíticos temen que Hezbolá pueda representar una seria amenaza militar para Israel, su enemigo desde hace mucho tiempo.

Investigación en curso

Muchos observadores de Washington afirman que el presidente Trump está tratando de utilizar estas sanciones financieras como una forma de aumentar la presión global sobre el régimen en Teherán, que es el mayor proveedor y respaldo de Hezbolá.

Según los informes, la administración de Trump considera estas sanciones como parte de la "primera campaña" de decisiones diseñadas para aislar y debilitar aún más el eje Irán-Hezbollah. El secretario del Tesoro, Mnuchin, agregó que la administración Trump está "decidida a denunciar e interrumpir las redes de Hezbolá, incluidas las de todo el Oriente Medio y el oeste de África, utilizadas para financiar sus operaciones ilícitas".

Puede haber algo político detrás de estas nuevas sanciones también. Durante mucho tiempo, los funcionarios de seguridad de los Estados Unidos han advertido sobre el poder de Hezbolá en América Latina, donde usan sus partidarios en el terreno para lavar dinero y trabajar dentro de la economía local del narcotráfico a fin de financiar operaciones militares y terroristas.

Cuando era comandante a cargo del Comando Sur de los los Estados Unidos, El general John Kelly, actual jefe de gabinete de la Casa Blanca, advirtió al Congreso en 2015 que los miembros de Hezbolá operaban casi con impunidad en ciertos países sudamericanos.

Hezbolá se hace más y más fuerte con estos recursos económicos

El gobierno de los Estados Unidos cree que el gobierno Iraní envía a Hezbollah hasta 700 millones de dólares al año.

Gracias a este dinero, Hezbolá es uno de los actores no gubernamentales más ricos y poderosos en el mundo de habla árabe. La administración Trump, que apoya en gran medida a Israel, cree que Hezbolá busca usar parte de este dinero para atacar los puestos avanzados Israelíes cerca de la frontera siria.

Al igual que el gobierno sirio, Hezbolá cree que los Altos del Golán, que actualmente están ocupados por Israel, pertenecen legítimamente a Siria.