Kim Jong Un, presidente de Corea del Norte, ha pedido al presidente de Corea del Sur que se una a él en Pyongyang para mantener conversaciones, un acto inusual de un líder beligerante más acostumbrado a emitir amenazas que invitaciones. Moon Jae-in ahora debe perseguir una línea diplomática, mientras trata de alentar el nuevo interés de Corea del Norte en el diálogo, sin alejarse demasiado del enfoque de "presión máxima" defendido por Estados Unidos, el aliado militar de Corea del Sur.

Moon está intentando mantener feliz tanto a Pyongyang como a Washington.

Recibió la invitación el sábado, ofrecida por Kim Yo Jong, la hermana menor y colaboradora cercana del líder norcoreano, durante una reunión en la Casa Azul presidencial en Seúl. Moon respondió de manera evasiva, diciendo que quería crear el ambiente para que se diera con fluidez la reunión, pero también alentó a Corea del Norte a entablar activamente el diálogo con Estados Unidos.

Corea del Sur busca un equilibrio

En una clara muestra de sus esfuerzos por mantener un equilibrio entre Pyongyang y Washington, Moon observó el patinaje de velocidad en pista corta con el vicepresidente Pence en los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang, el sábado por la noche.

Luego, después de que Pence partiera para su hogar, Moon fue al partido de hockey sobre hielo femenino con la delegación de Corea del Norte, incluyendo a Kim Yo Jong.

Las dos Coreas habían combinado equipos y jugado simplemente como "Corea", vistiendo uniformes blasonados con banderas azules y blancas que mostraban una península indivisa.

Mike Pence evitó conversaciones con Corea del Norte

Pence había llegado a Corea del Sur para la inauguración de los Juegos Olímpicos con la clara intención de ignorar a Corea del Norte.

Repetidamente llamó al régimen de Kim Jong Un el más tiránico en la Tierra y evitó hablar con la delegación de Corea del Norte, cuando se sentaron a unos metros de distancia en el palco VIP de la ceremonia de apertura.

Poco después de dejar PyeongChang, Pence dijo a los reporteros de la Fuerza Aérea que había emprendido el viaje para expresar la determinación estadounidense con respecto a Corea del Norte.

Por otro lado, Kim Jong Un parece decidido a tratar de dividir a los aliados. Corea del Sur y los Estados Unidos habían acordado posponer sus ejercicios militares anuales de primavera, hasta después de los Juegos Olímpicos, para alentar a Corea del Norte a participar y que no actuara como destructor. Por su parte, Corea del Norte pidió que los ejercicios que implican ensayos de ataques al régimen sean cancelados por completo.

Pence dijo que él y Moon se reiteraron el uno al otro. Expresó que seguirán siendo fuertes y trabajarán de manera coordinada para ejercer la máxima presión económica y diplomática sobre Corea del Norte.