Pocos saben que antes de la II Guerra Mundial y la llegada del comunismo a los países que acabaron formando el Pacto de Varsovia, la OTAN de Europa del Este cuando la Guerra Fría, algunos de ellos tenían Monarquía, igual que varios países occidentales.
Si hace unos años nos enteramos de que Simeón de Bulgaria, el último Rey del país inventor del yogur, después de décadas de exilio, volvió a su país para gobernar sólo como Primer Ministro y durante una única legislatura, no sabíamos apenas que uno de sus vecinos, Rumanía, también tuvo Rey. Y el último en ejercer el cargo acaba de fallecer a los 96 años en Aubonne (Suiza), donde tenía una de sus residencias.
Era primo de la Reina emérita española Sofía, pues era hijo de Elena de Grecia, tía de ella. Con la Familia Real española se llevó siempre muy bien, sobre todo con su prima. Padecía leucemia crónica y varias afecciones graves, por lo que se trataba de ellas en Suiza.
Nacido en 1921, llegó al trono a los seis años, pero su padre Carlos II recuperó el trono tres años después, del cual abdicó en su favor en 1940, cuando la II Guerra Mundial ha estallado y los nazis habían invadido media Europa, incluida Rumanía. Entonces, él tenía 18 años. Tuvo que abdicar en 1947 cuando los comunistas tomaron el poder en su país.
Medio siglo de exilio en Suiza
Desde entonces, exilio de medio siglo entre Londres y Suiza, hasta que en 1990 pudo volver brevemente a pisar su país, ya que el Presidente Ion Iliescu, sucesor del dictador Nicolae Ceaucescu, le obligó a marcharse.
También se negó el Presidente a restaurar la Monarquía, deseo del ex Monarca. No pudo volver a residir en Rumanía hasta que Iliescu perdió las elecciones en 1996, y un año después se le concedió de nuevo la ciudadanía rumana.
Aunque Iliescu volvió al poder entre 2000 y 2004, se reconciliaron y, como pasó con Lech Walesa y Wojciech Jaruselsky en Polonia, acabó todo con un apretón de manos entre ambos.
Miguel tenía ya 80 años, y aunque los monárquicos rumanos vieron su repentina reconciliación con su antiguo enemigo como un “pacto con el Diablo”, el ex Monarca pudo así recobrar las propiedades de su familia para sí y para sus parientes, mientras que él ya había reconocido que Rumanía sería una República, y que él no sería más que un “Rey sin Trono”.
Eso sí, según encuestas recientes, ya hay un 30 % de rumanos que desearían la vuelta de la Monarquía.
La Princesa Margareta, de 68 años, será su sucesora
Se instaló en el Palacio de Elisabet, aunque tuvo que volverlo a transformar en un palacio, ya que el Régimen comunista lo había convertido en una cantina. Mientras, viendo su avanzada edad, Miguel quiso ocuparse de su sucesión en el cargo, y éste ha caído en la Princesa Margareta, que ya tiene 68 años, casi los mismos que el Príncipe Carlos de Inglaterra. No abandonó Miguel su residencia en Suiza, a la que acudía con frecuencia.
Los políticos rumanos, desde el Presidente al Primer Ministro, han llorado su muerte y le han definido como uno de los más importantes personajes de la Historia de Rumanía.
Tampoco olvidan que durante la II Guerra Mundial, Miguel desafió a la invasión nazi, pese a que un político rumano pronazi le colocó en el Trono durante la Contienda, en unas peripecias dignas de película de aventuras.
Será enterrado en la nueva Catedral Ortodoxa de Curtea de Arges, a 155 kilómetros de Bucarest. Primero estará dos día su capilla ardiente en el Salón del Trono del Palacio de la Victoria, en dicha ciudad.