Por medio de un comunicado, la portavoz del Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea expresó sus condolencias a los familiares de las personas que resultaron víctimas de la violencia, en la dura jornada vivida el día de ayer, durante el desarrollo de los comicios venezolanos. Considera que la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, forzada en medio del desacuerdo y los enfrentamientos con la oposición, no puede ser parte de la solución. Pide a las partes que, trabajando en conjunto negocien una salida a la crisis.

Manifestándose sobre los graves incidentes, que se multiplican desde hace 4 meses en las calles del país americano, responsabiliza a las autoridades gubernamentales que, elegidas en legítimas y democráticas votaciones, pierden legalidad liderando medidas políticas, que ahondan la división y sumergen en el caos y la virulenta intolerancia al pueblo caribeño.

En su comunicado, la Unión le da a Nicolás Maduro, como presidente de Venezuela, la responsabilidad de mantener el espíritu de la constitución de su país y la confianza perdida en las instituciones.

Antonio Tajani en su calidad de presidente del Parlamento de la Eurozona, ha sido muy rígido en sus expresiones, evaluando como "fraudulenta e ilegítima", la elección del día de ayer. Pide a la comunidad internacional, que reaccione frente a la represión que ejercen sobre las manifestaciones populares, las fuerzas de seguridad de Nicolás Maduro.

Federica Mogherini, como representante para la Política Exterior de la Unión, quien durante la pasada semana reiteró a Maduro, el pedido de suspender la Constituyente y retomar el dialogo con los opositores, al mismo tiempo que comprometía el amparo de la Unión Europea; considera la posibilidad de una dura respuesta de los países europeos, preocupados por la continuidad de la democracia venezolana.

España no reconocerá legitimidad a la Asamblea Constituyente votada ayer en Venezuela. El gobierno español, según recoge "Expansión", no considera que dicha asamblea tenga atribuciones legislativas y condena los actos de violencia y represión con argumentos semejantes a los declarados por la UE.

Lo que desde ya podríamos comenzar a denominar, la guerra civil venezolana, tiene como una de sus consecuencias, "la vuelta a casa" de los emigrantes europeos que no ven la posibilidad de seguir viviendo en la Venezuela de la violencia y la represión.