José Manuel Santos, presidente de Colombia, ha enviado un mensaje de aliento y esperanza al pueblo desolado de Mocoa. Al referirse a lo sucedido, el premio Nobel no ha dudado en compararlo con una “tortura china”.

Y es que ni siquiera los más escépticos creen que lo de Mocoa sea solo casualidad, la deforestación de la zona ha ayuda mucho a que esto sucediera, pero también el clima. En solo 2 horas, aquella madrugada llovió lo mismo que suele llover en la capital colombiana en 30 días.

Las víctimas mortales no podían contarse, ni siquiera ahora, más de 72 horas después de la avalancha con exactitud.

Aunque el paso de las horas hace menos probable que puedan hallarse a los más de 200 desaparecidos con vida, los equipos de rescate (cerca de 2 mil personas entre personal militar, médico y civil) no han dado el trabajo por perdido.

El Gobierno colombiano ha informado que los todos los funerales correrán a cargo del Estado y que los damnificados recibieran prestaciones económicas. De momento, las ayudas están centradas en las familias de las víctimas mortales, los heridos y los desaparecidos, pero se estima que, en la localidad de Mocoa, medio millón de personas lo han perdido todo.