Los rescatistas creen que todavía hay cerca de 50 cuerpos sepultados entre los escombros de lo que fuera Mocoa. Tras la imagen de la Avalancha y los vecinos que podían huyendo del lugar, la magnitud de lo ocurrido se centró en los niños.

Además de los cerca de 43 pequeños que han fallecido en el lugar, los rostros de niños y niñas pidiendo por sus padres, abrazados a algún peluche, inundaron los medios de comunicación.

Bienestar Familiar, departamento encargado de familia y minoridad en Colombia ha comunicado la madrugada del lunes, que ya no quedan menores desamparados.

Todos los niños que engrosaban una precaria lista hecha a mano en las paredes de los centros oficiales, ya no tienen validez. Todos los pequeños han sido contactados y entregados con al menos un familiar directo.

UNICEF Colombia, que ya está recibiendo donativos para ayudar a los más necesitados de la zona de Putumayo, estima en 5 las instituciones educativas que ha destruido la avalancha. En la zona más rural de Mocoa, se ha improvisado una morgue para velar a las víctimas mortales.