Claves para entender la crisis que afronta Venezuela
Son muchos los portales que nos ofrecen información al instante sobre lo que ocurre en Venezuela. Pero muchos de ellos asumen que ya tenemos un conocimiento previo de lo que ahí ocurre. Generalmente, no es así. La labor que estos ejercen es de suma importancia para que a nivel internacional se conozca lo que vive uno de los países que, en sus mejores momentos, fue líder en el continente americano.
El conflicto que se vive actualmente tiene algunos factores claves para entender su explicación. A finales del mes de marzo, el Supremo de Venezuela cumplió con el mandato indirecto del presidente Nicolás Maduro. Este llevaba más de un año impidiendo que la Asamblea Nacional ejerciera sus labores de la forma constitucional. Hay que destacar, que la constitución que rige los aspectos a cumplirse dentro de esa Asamblea Nacional fueron aprobados en el año 1999 por la mayoría de los diputados chavistas y que hoy en día ignoran su contenido y trabajo.
Ese es, quizás, el epicentro de los problemas. Considerando la importancia de esta entidad gubernamental, electa por el pueblo el 6 de diciembre del año 2015 y con mayoría opositora al régimen que sostiene Nicolás Maduro, no se hicieron esperar los comentarios por parte de los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática.
A partir del 1 de abril de 2017, se han convocado muchas manifestaciones públicas en las calles. La dirigencia opositora se ha organizado para hacer del clamor popular una exigencia de renuncia para el presidente Maduro. Unos días más tarde, fue notificado a la opinión pública la inhabilitación política por 15 años del candidato opositor Henrique Capriles Radonsky.
En este momento, se comenzaron a repetir algunos hechos similares a los que en febrero del 2014 sacudieron la nación suramericana. Importante recordar que uno de los hechos motivadores de estas Protestas de 2017, en la cuantiosa cifra de presos políticos; probablemente la más grande en historia de este país.
A pesar de que Venezuela es uno de los países con mayores y millonarias reservas petrolíferas, la escasez de alimentos es impresionante, por poner algún calificativo.
Son largas las filas que cada ciudadano tiene que hacer para poder conseguir, al menos, la comida para esa noche.
Estos últimos días se ha hecho bien del rechazo que existe al gobierno liderado por el sucesor de Hugo Chávez. El 19 de abril, día emblemático para Venezuela por ser una de sus fechas de independencia, más de 6 millones de opositores se sumaron a las calles venezolanas bajo un único clamor: “¡Maduro, renuncia!” en la "Madre de todas las marchas". A su vez, los partidarios de Maduro se han manifestado también su favor protestando en contra de la llamada “derecha fascista”.
Siempre surge la pregunta sin respuesta, o quizás sí: ¿Por qué aún hay quienes apoyan a Nicolás Maduro? Hay una explicación bastante sencilla: es el mismo gobierno el que se encarga de repartir viviendas, vehículos y alimentos para aquellas personas partidarias de sus ideales políticos.
Desde hace algunos años, ese partidarismo no existe como cuando Hugo Chávez aún estaba vivo.
Además, hay muchas personas que sufren el mayor pesar que existe cuando se vive dentro de una dictadura disfrazada de democracia: el sesgo informativo. Los medios de comunicación nacionales se encuentran, prácticamente, de manos atadas ante un sistema de control que podría censurarlos apenas incumplan con los aspectos acordados. La amplia cantidad de canales de televisión puede pensarse como un símbolo de amplitud de pensamientos. Sin embargo, si se considera que casi el 85% de esos medios pertenecen a la entidad pública, ese “pensamiento libre”, se desvanece al instante.
El indiscriminado uso de artefactos de guerra, como los gases lacrimógenos o balas de goma, han despertado, aún más, la molestia interna y por eso salen a las calles a protestar con más intensidad.
Desde el comienzo de este mes, la cifra de los muertos en esta ola de protestas ronda ya casi las 20 víctimas. Casi una decena de ellos perdieron la vida electrocutados tras unos saqueos que se hicieron en una de las zonas más populares de la capital.
Más allá de la parcialización que pueda existir, hay que analizar minuciosamente el impacto que estas jornadas tienen a nivel internacional. La repercusión tiene que ser condenatoria ante el impedimento de la protesta pacífica. La constitución de este país incluye la protesta pacífica como una de las formas de demanda.
Venezuela es un país que se queda sin alimentos ante una de las Crisis humanitarias más duras en su tipo para el continente. La reaparición de enfermedades que se habían erradicado hace ya más de 20 años hablan por sí sola.
Y tú, ¿sigues pensando que todo esto es un cuento de ciencia ficción?