A la 1:30 de la madrugada, hora local, en el barrio de Ortaköy, en la ciudad de Estambul, se perpetró un atentado terrorista en el interior del club nocturno Reyna, que ha dejado el luctuoso saldo de 39 muertos y 69 heridos, algunos de ellos en gravísimo estado.

Transcurría el festejo de la Nochevieja en el exclusivo Club Reyna, situado en Ortakoy Mahallesi, Muallim Naci Cd No:44, que se caracteriza por sus bellísimas vistas sobre la orilla europea del Bósforo, concurrido esta noche, según distintas fuentes, por alrededor de 800 personas reunidas para recibir el 2017.

Sorprendentemente irrumpió en el lugar un hombre joven vestido con ropa de Santa Claus y, con un fusil Kalashnikov, comenzó a disparar sobre la gente reunida en la celebración. Escenas de pánico se desencadenaron entre las personas, a las que sorprendió el inesperado ataque.

La desesperación llevó a muchos de ellos a arrojarse a las heladas aguas del Bósforo para salvarse del criminal ataque, rescatados luego por los guardacostas. Aún hay dudas sobre el número de terroristas que entraron al club, algunos testigos hablan de dos personas, aunque el Gobernador de Estambul Vasip Sahin, se refiere a un solo terrorista, que fue eliminado por la policía turca. Testigos supervivientes relatan que el atacante mató, a la entrada del establecimiento, a un oficial de policía y a un civil, para luego iniciar su terrible raid de asesinatos profiriendo palabras en árabe.

Una mujer identificada a las puertas del hospital Sisli, como Sinem Üyanik, relató la dantesca escena, en la que tuvo que apartar a varios cadáveres que habían caído sobre ella, para poder salir del lugar. Un sinfín de ambulancias acudieron al sitio, para evacuar a los heridos. En las afueras del club muchas personas protagonizaban escenas de dolor y llanto, esperando la salida de sus amigos o familiares, que estaban en el interior del Reyna.

De las 21 víctimas que han sido identificadas, 16 son extranjeros que visitaban la capital de Turquía y se cuentan en el número de 5 a los ciudadanos turcos fallecidos en el atentado.

Mehmet Koçarslan propietario del club, declaró que había sido advertido por agencias estadounidenses de la posibilidad de un atentado. De hecho, las autoridades turcas, también puestas sobre aviso, esperaban algún ataque durante los festejos de fin de año.

Consecuentemente se dispusieron para la seguridad de Estambul a 25.000 agentes de seguridad. Pocas horas antes de este atentado, la policía turca detuvo en Ankara a 8 sospechosos de pertenecer al Estado Islámico.

Según publica La Vanguardia en su edición digital, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, textualmente ha declarado que, "están intentando desestabilizar nuestro país y destrozar la moral del pueblo creando el caos. Pero estamos decididos a eliminar estas amenazas en su punto de origen”.

Ned Price, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, condenó el ataque que, aún no ha sido reivindicado por ninguna banda terrorista y, se solidarizó con Turquía, descontando el apoyo de su país para esclarecer el hecho.