Jordi Armadans señala que España es la séptima potencia mundial en el comercio de armas. Esta posición, a su juicio, es “un tanto curiosa” porque el país está “sobredimensionado” en su capacidad de venta de armas respecto a su potencial económico. E, incluso,- indica - “en los últimos años estuvo en la sexta plaza y otros años ha estado entre los diez primeros”.
El activista señala que la valoración de este dato “es importante porque el país está jugando un papel significativo” y, en ese sentido, como ciudadanos “con sensibilidad para la paz y los Derechos Humanos tenemos que ser conscientes del papel que juega España en estos asuntos”.
Respecto al gasto militar, el activista apunta, que el caso español induce a “confusión”. Explica que para el presupuesto de 2016, según las cifras del Ministerio de Defensa, “estaríamos hablando de 6.800 millones de euros pero si sumamos otras partidas de gasto militar que están en otros ministerios llegamos a la cifra de casi 14.000 millones de euros; es más del doble del gasto real del que se habla oficialmente”.